El Gobierno respira conforme. La llegada del Fondo Monetario Internacional (FMI) al país coincide (por primera vez en mucho tiempo, incluyendo la gestión de Mauricio Macri) con el dominio de una de las variables más irredentas en toda la reciente relación (desde 2018 en adelante) entre el país y el organismo.
La política cambiaria parece darle la razón al oficialismo, al punto de poder mostrarle a los visitantes que llegaron desde Washington, dos situaciones casi inéditas y que, se sabe, se miran con detenimiento desde la sede del FMI. Las reservas frenaron su caída y, modestamente, están en alza, y el dólar irregular en franca baja. Se aspira desde Buenos Aires que tanto Luis Cubeddu como Julie Kozac, cambien ahora su opinión sobre la variable cambiaria. El venezolano y la norteamericana se preocuparon en su viaje de la primera semana de octubre al país, cuando las restricciones aplicadas desde el 15 de septiembre traían consecuencias contrarias a lo esperado, la divisa se escapaba y las reservas continuaban su caída. Sin embargo, un mes después la tendencia se revirtió y ahora tanto el Ministerio de Economía como el Banco Central muestran una evolución muy diferente a la de aquellos cercanos días.
En silencio y sin estridencias, con la intención de no opacar la buena estrella de Martín Guzmán, el “ala política” del Gobierno se reconoce a sí misma como la que tuvo razón en cuanto al freno a la sangría de reservas y a la demolición del dólar blue.
Según los números que maneja el Banco Central, se logró pulverizar el ritmo de salida de divisas vía “dólar ahorro”. En la primer semana del mes, tiempos de obvia mayor demanda por parte de los aún autorizados a adquirir divisas, la salida de reservas por esta vía llegó a los u$s 100 millones, mientras que entre agosto y septiembre el ritmo había alcanzado los u$s600 millones. En noviembre, la proyección para todo el período se ubica ahora en menos de los u$s200 millones; monto aún inferior a los u$s250 millones del mes pasado. Y mucho más abajo de los peligrosos casi u$s1.000 millones de agosto 2020. Ahora, y para fin de año, la caída de reservas por dólar ahorro no superará los u$s500 millones.