La influencia de Carlos Matus (Primera Parte)

Entre 1970 y 1973 Matus presidió la Compañía de Acero del Pacífico de Chile y llevó adelante la nacionalización del cobre.

Por José Antonio Artusi (*)

No recuerdo bien cuál fue el primer texto de Carlos Matus que leí, pero sí que me cautivó. Me atrajo profundamente la claridad conceptual de sus escritos, la apelación a un razonamiento lógico riguroso, su vinculación elegante entre ideas abstractas y sus experiencias concretas, la vinculación de teoría y praxis, y su llamado a tecnificar la política y a politizar la técnica. Y su enorme y honesta capacidad de autocrítica, de reconocer y aprender de los propios errores.

Planificación y método

Carlos Matus nació en Santiago de Chile el 19 de noviembre de 1931 y murió en Caracas el 21 de diciembre de 1998. Economista formado en Harvard, fue uno de los colaboradores más cercanos del Presidente Salvador Allende, depuesto por el infausto golpe de Estado del General Augusto Pinochet el 11 de septiembre de 1973. Durante ese gobierno se desempeñó como Ministro de Economía y Presidente del Banco Central de Chile. Tras el golpe, primero en la cárcel y luego en el exilio tuvo tiempo para reflexionar profundamente sobre los errores de aquella gestión de gobierno. Indagando críticamente en las causas de los fracasos de ese proyecto bien intencionado y honesto pero -en sus propias palabras- “no correcto”, llegó a construir un formidable cuerpo teórico que revolucionó el campo de la planificación y de las técnicas y métodos de gobierno.

La influencia de sus ideas permeó diversas disciplinas y cuestionó la validez de los procedimientos de todos los sectores de las políticas públicas. Sus aportes epistemológicos y metodológicos en el ámbito de la planificación estratégica resultaron sumamente valiosos y dejaron atrás paradigmas y procedimientos obsoletos. Las lecciones de Matus siguen constituyendo herramientas muy útiles, si se las interpreta correctamente y no se las congela como un dogma, tanto para urbanistas, economistas, sanitaristas, políticos, etc.

Las preguntas que Matus formuló en una entrevista televisiva en Buenos Aires nos siguen interpelando: “¿Cómo se puede gobernar? ¿Se puede gobernar improvisadamente? ¿Los partidos políticos pueden seguir siendo cómo son? ¿O realmente necesitamos teoría y método para gobernar?” Usando, en sus propias palabras, “el lenguaje duro que exige un estilo anestesiado de hacer política”, muchas de sus provocativas afirmaciones de ese día mantienen, a pesar de los años, lamentablemente, una notable vigencia.

Cinco preguntas 

¿Qué es lo que caracteriza el estilo de hacer política en América Latina?, se pregunta Matus.
La mediocridad… un estilo mediocre de hacer política; lo que genera una bajísima credibilidad… ese estilo mediocre de hacer política no puede dar resultados; la gente espera que le solucionen sus problemas, para eso elige a sus gobernantes… No es un problema intelectual, en América Latina sobra inteligencia…

Son 5 problemas:

1) La política en nuestros países está desenfocada de los problemas de la gente, la política genera sus propios problemas, y los políticos se dedican a resolver los problemas de la política, no los problemas de la gente…

2) Las dirigencias políticas creen que basta con la improvisación, la experiencia, el buen sentido, y la profesión que han adquirido en la universidad, para gobernar; o sea, creen que un buen médico puede ser un buen ministro de salud, que un buen economista puede hacer buena política económica. Falso. No pueden. Hay ciencias y técnicas de gobierno que se han ido desarrollando a lo largo de los años y que en general los políticos ignoran. Y en esto existe lo que podríamos llamar una disfunción de segundo orden: no saben que no saben… no pueden aprender, y de ahí es que están anestesiados…

3) En nuestros países domina lo que podríamos llamar un sistema de baja responsabilidad; nadie le cobra cuentas por desempeño a nadie, por consiguiente, da lo mismo hacerlo bien que mal… eso facilita el estancamiento y la mediocridad…

4) Los partidos políticos son clubes electorales en nuestros países… no tienen centros de formación de sus dirigentes, no se preocupan de la formación de sus líderes, no tienen centros para pensar su país…

5) Son sistemas ultra centralizados, están muy distantes de la gente… hay un problema de democratización que pasa por la descentralización profunda del sistema político que tiene que ser abordado”.

Las críticas de Matus exceden el ámbito de la política.

(*) Arquitecto Especialista en Planificación Urbano Territorial, integra la Cátedra de Planificación Urbanística de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la UCU. Diputado Provincial (UCR) 2007-2011 y 2015-2019.