A través de una declaración que difundió ayer la Comisión Episcopal de Educación de la Conferencia Episcopal Argentina, se planteó: «Nos dirigimos a todos los protagonistas de la misión educativa: alumnos, docentes, directivos, padres de familia, gremios y autoridades, ante la inminencia del inicio de un nuevo ciclo escolar».
«La presencialidad es, objetivamente, el modo más adecuado para educar. Animamos a las autoridades a implementar todo lo necesario para que esto se pueda dar en las mejores condiciones. Lo necesitan los alumnos, los necesitan las familias, lo necesitan los educadores», destacaron los obispos.
La Iglesia pidió: «Es necesaria la escuela con los alumnos y docentes presentes para garantizar un adecuado proceso de socialización. Las virtudes sociales como la solidaridad, el respeto por el otro, la paciencia, la tolerancia, el saber compartir, necesita de un ámbito de encuentro de las personas. La escuela no solo brinda conocimientos, sino que forma personas que puedan integrarse plenamente en la vida de la sociedad».
«Para garantizar la continuidad tanto del proceso de instrucción, como el de la adquisición de virtudes sociales es necesario que los docentes sean remunerados acorde con la alta responsabilidad que significa ser ‘maestros’ y tengan las condiciones adecuadas para el ejercicio de su vocación. Deseamos que las autoridades públicas hagan los mayores esfuerzos en este sentido, y así los docentes puedan ofrecer a los alumnos, especialmente a los más carenciados, una educación acorde con su dignidad», dijeron.