
Cuando la política falla, la comunidad responde. Un llamado a reconstruir la confianza perdida frente a las elecciones del 26 de octubre.
EL MALESTAR A VECES IGNORADO
Vivimos un tiempo de exigencias crecientes y paciencia agotada. La sociedad ha dejado atrás la tolerancia ante la resistencia al cambio, las promesas incumplidas y la lenta devaluación de la palabra pública. Este descontento no es rechazo a la política, sino una demanda urgente de mayor calidad democrática.
LA CRISIS DE LOS PARTIDOS POLÍTICOS
Los partidos, pilares constitucionales de nuestro sistema representativo, atraviesan una crisis profunda de legitimidad. Muchos han abandonado su rol como escuelas de formación cívica y han perdido la capacidad de renovar sus liderazgos. Donde antes existían proyectos colectivos, hoy predominan los intereses sectoriales; donde había vocación de servicio, ahora se impone con frecuencia la lógica del poder por el poder mismo.
EL VALOR DE LA TOLERANCIA EN TIEMPOS DIFÍCILES
Desde la filosofía política, la tolerancia ha sido siempre un componente fundamental del contrato social. Para John Stuart Mill, representaba el límite que prevenía el daño a otros; para Victoria Camps, constituía la virtud indiscutible de la democracia. Hoy enfrentamos una tensión inevitable: mayores demandas de reconocimiento y participación, contra una menor disposición a aceptar simulaciones y mediocridades.
LA RESPUESTA: COMUNIDAD ORGANIZADA
Frente a este escenario, se hace necesario reconstruir los puentes entre el Estado y la sociedad civil. La primacía de lo económico debe ceder espacio a la centralidad de lo social. El individualismo exacerbado debe dar paso a la comunidad organizada. No como consigna del pasado, sino como herramienta de futuro capaz de procesar las complejidades del presente.
La solución no está en la improvisación ni en los atajos fáciles. Pasa por fortalecer los lazos de pertenencia solidaria, recrear los espacios de participación auténtica y devolverle a la política su sentido original de servicio a la comunidad.
EL 26 DE OCTUBRE: MÁS QUE UNA ELECCIÓN
Las próximas elecciones representan mucho más que una alternancia posible. Son la oportunidad para elegir entre la política tradicional, que muestra signos evidentes de agotamiento, y una nueva forma de hacer política, basada en la transparencia, la participación ciudadana y el compromiso con el bien común.
Este momento histórico exige menos tolerancia hacia las prácticas viciadas, pero también más confianza en la capacidad transformadora de la acción colectiva. La democracia no se agota en el acto electoral: se construye día a día mediante el control ciudadano, la deliberación pública y la exigencia de rendición de cuentas.
EL CAMINO HACIA ADELANTE
El camino hacia la comunidad organizada no es sencillo, pero es el único que puede devolvernos la esperanza en el porvenir común. Un camino que se transita con propuestas concretas, con diálogo sincero y, sobre todo, con la convicción de que el verdadero cambio nace desde abajo hacia arriba, desde la periferia hacia el centro, desde la gente hacia las instituciones.
La democracia del siglo XXI no necesita espectadores: necesita ciudadanos protagonistas. El 26 de octubre comienza un nuevo capítulo. Escribámoslo juntos. Porque en definitiva lo nuestro es la gente, lo único que debe importarnos.
(*) Abogado. Concejal 2023-2027. Vicepresidente 1° HCD. Presidente del Bloque Concejales PJ 2023-2027. Apoderado del Consejo Departamental PJ Uruguay. Congresal Provincial PJ ER. Secretario de Gobierno 2019-2023. Concejal 2015-2019. Presidente del Bloque Concejales PJ 2017-2019. Presidente Comisión Hacienda y Presupuesto 2015-2019. Decano del Colegio Mayor Universitario de Santa Fe 2003-2004.-