El primer mes de guerra en Ucrania trajo un notable impacto sobre los precios en Europa y la inflación ascendió alcanzando niveles récords en países como Alemania y España, con índices nunca visto en más de 30 años.
La industria y los consumidores ya reciben el impacto de la suba de los precios, especialmente marcada en el caso de los combustibles y los alimentos. En el caso de la energía, los precios se dispararon durante este mes, de la mano de las menores reservas de gas natural y carbón, y el incremento en el precio del petróleo.
La situación se agravó por la posibilidad de que Rusia deje de proveer suministro a los países europeos que, en el caso del gas ruso, representa más del 40% de las importaciones de ese combustible en la Unión Europea (UE).
En la búsqueda de alternativas por la crisis, Europa comenzó a recurrir al carbón, una de las fuentes más contaminantes, cuya producción se incrementó en un 21% anual durante este mes.
Italia fue el país que más sufrió los precios elevados de la energía con un promedio de 303,80 euros el megavatio por hora; seguido por el Reino Unido y Francia. En tanto, ka inflación en España repuntó al 9,8% anual en marzo -la mayor en casi cuarenta años- mientras que, en Alemania, los precios subieron 7,3%, un récord desde la reunificación del país en 1990.
Rusia y Ucrania proveen casi un tercio de las exportaciones mundiales de trigo, mientras que Moscú también es un importante proveedor de hidrocarburos. “Mientras más prolongada sea la guerra, más grandes serán los costos”, dijo la presidenta del Banco Central Europeo (BCE) y exdirectora del FMI, Christine Lagarde.