Estados Unidos designó formalmente al presidente venezolano Nicolás Maduro y a sus aliados gubernamentales como miembros de una organización terrorista extranjera denominada «Cártel de los Soles», un grupo que según analistas no existe, en una escalada que podría derivar en conflicto armado.
La designación se produjo el lunes cuando el gobierno estadounidense catalogó a Maduro y sus colaboradores como integrantes del llamado Cártel de los Soles. Phil Gunson, analista principal del International Crisis Group, afirmó desde Caracas que «el cártel no existe», explicando que se trata de un término peyorativo venezolano acuñado hace más de 30 años como «una especie de etiqueta de broma periodística» para referirse a figuras corruptas de las fuerzas armadas que reciben dinero de narcotraficantes, tomando su nombre de la insignia solar en los uniformes militares.
Esta designación podría tener consecuencias concretas. Gunson señaló que «pretende enviar el mensaje a Maduro de que ahora se te considera un terrorista y, por tanto, podrías correr la misma suerte que Osama bin Laden», interpretándose tanto como amenaza como justificación para una posible operación de cambio de régimen.
La situación se enmarca en múltiples señales alarmantes: durante meses Estados Unidos ha realizado ejecuciones extrajudiciales de presuntos narcotraficantes -muchos venezolanos- en el Caribe y Pacífico oriental, justificándolas bajo el argumento de que el país se encuentra en «estado de conflicto armado con los cárteles». Recientemente llegó a la región el portaaviones más grande de la Marina estadounidense en el mayor despliegue militar caribeño desde la crisis de los misiles en Cuba, la semana pasada Trump autorizó planes de acción encubierta de la CIA en Venezuela, y las aerolíneas cancelan vuelos por advertencias de seguridad de la Administración Federal de Aviación.
A pesar de estas señales, según una encuesta de CBS News/YouGov solo uno de cada cinco estadounidenses declaró haber oído mucho sobre la escalada militar, y el 70% se opone a acciones militares en Venezuela. El gobierno fundamenta sus hostilidades en el papel venezolano en el tráfico de drogas, aunque el fentanilo -centro de la crisis de adicción estadounidense- ni se origina ni transita por Venezuela, y la cocaína que pasa por el país se dirige principalmente a Europa.
Gunson explicó que detrás de esta política hay una «coalición inestable» en el gobierno estadounidense, impulsada por Marco Rubio -ferviente anticomunista que busca derrocar a Maduro para afectar al régimen cubano-, junto a quienes desearían bombardear narcotraficantes en México y ven a Venezuela como mensaje disuasorio. Además, Trump favorecería la idea decimonónica de esferas de influencia, y Venezuela posee las mayores reservas petroleras mundiales, con el secretario del Tesoro Scott Bessent señalando que «si ocurre algo en Venezuela» podrían bajar los precios del petróleo.
Gunson sugirió que el gobierno de Trump esperaba que su campaña de presión provocara la caída de Maduro, pero «a menos que se produzca una expansión militar real, no creo que Maduro llegue a un punto en el que de repente concluya: ‘Ah, sí, no es un bluf'». El analista teme que «han creado esta guerra falsa y han llegado tan lejos con ella que ahora tienen que hacer una guerra de verdad», aunque aún existirían opciones de negociación o retirada.










