El primer tranvía del día inicia sus rondas por las antiguas calles de Lisboa. Construida sobre siete colinas, la capital de Portugal puede ser misteriosa, romántica, decadente y refinada a la vez, como toda ciudad con 3.000 años de historia. Salpicada de preciosos monumentos que rememoran un pasado esplendoroso, Lisboa está surcada por los famosos tranvías, que se han erigido en un símbolo más de la ciudad y uno de los medios de transporte preferidos por turistas y residentes. Los “carris amarelos”, como los llaman, salvan los desniveles entre los barrios altos y bajos de la ciudad desde principios del siglo XX. Fueron diseñados por el ingeniero francés Raoul Mesnier Du Ponsard (discípulo del arquitecto Gustave Eiffel), quien construyó también el “Elevador do Carmo”, un mirador de 45 metros de altura que desde su inauguración fue un éxito casi tan grande como el de sus tranvías, los más antiguos de Europa.
La foto del día
--