Laila Temori, oriunda de Kunduz pero residente en Alemania, busca los restos de sus familiares entre los escombros de un barco. La mujer perdió a toda la familia de su hermano, incluidos tres sobrinos menores, en el naufragio frente a las costas de Calabria. Una semana después, el mar continúa arrojando los cadáveres de esta tragedia en el que los 80 supervivientes aseguran que viajaban unas 200 personas, en su mayoría de afganos, iraníes, pakistaníes y sirios, mientras se busca aún a los desaparecidos. Una avioneta del operativo europeo Frontex avisó de la presencia de una embarcación en la zona con migrantes a bordo, pero las fuerzas de seguridad italianas se negaron a colaborar. La primera ministra, la ultraderechista Giorgia Meloni, alegó que la aeronave informó que el barco “parecía navegar con regularidad y en buenas condiciones de flotabilidad, con una sola persona visible en la cubierta del buque”.
