Una mujer sin velo se para en la parte superior de un vehículo mientras miles de personas se dirigen hacia el cementerio de Aichi en Saqez, la ciudad natal de Mahsa Amini en la provincia iraní occidental de Kurdistán. Las protestas contra el gobierno iraní recuperaron impulso cuando una multitud se congregó en su tumba para rendirle homenaje al culminar, según marca la tradición islámica chiita, el período de luto de 40 días posterior su muerte. Docenas de pueblos se han visto sacudidos esta semana, principalmente por jóvenes que usan el manto de la oscuridad para expresar su rabia cada noche en las calles. Amini, de 22 años, murió tras ser arrestada por la “Policía Moral” en Teherán. Víctima, posiblemente de golpes en la cabeza, se la acusó de infringir el estricto código de vestimenta islámica para las mujeres, que incluye la obligatoriedad de usar el velo conocido como hiyab, así como llevar ropa holgada.









