Los centros comerciales, algunos de los cuales fueron ejemplos de diseño, con una arquitectura innovadora creada para fomentar el sentido de comunidad, han perdido la lucha con el comercio electrónico. Los shoppings y sus gigantescas estructuras permanecen en silencio a la espera de su demolición. El fotógrafo Phillip Buehler ha documentado este proceso en las últimas décadas, pero su enfoque no es la pérdida de una experiencia de compras, sino la desaparición de esos espacios de intercambio cívico, a los que el influyente sociólogo urbano Ray Oldenburg bautizó Thirds Places (terceros lugares). Después del hogar y el trabajo, es en las plazas, bares, shoppings y cafés donde las personas pasamos el tiempo, nos divertimos y construimos relaciones que fortalecen la comunidad. Facebook, Instagram y otras redes sociales no pueden desempeñar ese papel. Más bien parecen hacer lo contrario.









