Despojado de su uniforme, el príncipe Harry se mantiene firme mientras sus familiares saludan con gesto marcial el paso del ataúd durante el funeral de la reina. Como en 1997, cuando Harry y William que tenían 12 y 15 años asistieron al servicio real por la muerte de su madre, esta semana participaron de la solemne procesión por su abuela, conscientes de que no hay un momento más ocupado y más público para un miembro de la realeza que una muerte importante en la familia. Que los medios británicos dediquen horas a hablar de la muerte de Isabel II, se entiende, pero que lo haga la prensa argentina da bastante vergüenza ajena. Casi tanta como recordar que Harry es uno de los dos de esta foto que ejerció de militar y viajó dos veces a Afganistán. El otro es el tío Andrew, el canoso a su izquierda, un artillero que estuvo en Malvinas, aunque se hizo famoso por sus orgías con menores junto al pedófilo Jeffrey Epstein.









