El artista colombiano Rafael Gómez Barros “invade” el Rijksmuseum de Ámsterdam, con 700 hormigas de casi un metro de largo. El título de la instalación, “Casa tomada”, es el del famoso cuento de Julio Cortázar en el que los habitantes de una casa van perdiendo de modo extraño y paulatino su espacio, hasta que finalmente deben abandonar su propiedad. Gómez Barros advierte que esa historia de la literatura fantástica se ha trasladado a la tragedia del desplazamiento forzado en Colombia. “Las hormigas representan –dice– las dos caras del drama humano: al desplazado y a quien lo desplaza”. Su obra intenta visibilizar no sólo la violencia, sino también los aspectos más duros de la inmigración y el desarraigo, en un mundo supuestamente globalizado. La ONU reveló que en 2021 más de 59 millones de personas se convirtieron en refugiados en todo el mundo, de los cuales 5,2 millones son colombianos.









