Concentrados en sus bancos para diestros, dos alumnos zurdos y sus compañeros toman notas mientras mantienen los pies en el agua de un aula inundada por la marea alta. En la ciudad de Macabebe, como en el resto de Filipinas, millones de niños volvieron a tener clases presenciales este lunes después de dos años. Los cierres de las escuelas por la pandemia de covid estuvieron entre los más prolongados del mundo, y la reapertura se retrasó debido a la lenta implementación de vacunas, que en el caso de los escolares alcanza apenas al 19%. La educación virtual ha demostrado ser un gran desafío para el país de más de 110 millones de habitantes, donde menos de una quinta parte de los hogares tiene acceso a Internet y muchos carecen de dispositivos móviles. Durante esta transición los alumnos tendrán clases, como mínimo, tres días a la semana hasta el mes de noviembre en que retornará a la normalidad.
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