El óxido nitroso o el “gas de la risa”, se lleva utilizando desde hace 200 años con fines médicos, odontológicos, industriales y hasta para repostería. En las últimas décadas se convirtió en una droga recreativa en determinados sitios turísticos de intensa vida nocturna, como Ibiza o Cancún. De aquél consumo de “nicho” ha pasado a ser en Europa la segunda droga más popular entre los jóvenes de 16 a 24, años después del cannabis. Su éxito se debe a su efecto es inmediato y su bajo costo: dos globos de cumpleaños del gas se pueden comprar en una playa o en la esquina de un boliche a unos 3 dólares el par. Los vendedores suelen dispensarlo en pequeños sifones, aunque no se puede inhalar directamente por su baja temperatura. El óxido nitroso provoca alucinaciones y euforia, pero produce serias alteraciones del sistema nervioso y a largo plazo causa graves efectos, como deficiencia de vitamina B12 y anemia.