Una mujer sostiene una cruz de madera mientras reza frente al volcán Pacaya para que la lava se detenga y no llegue a su casa, en San Vicente Pacaya, Guatemala. Durante más de 50 años el volcán ha producido erupciones impresionantes, con un promedio de una erupción fuerte cada año y señales de actividad cada día de la semana. La belleza del entorno, su altura de 2.500m, que lo hace de fácil acceso, y el hecho de situarse en el corazón del mundo maya lo han convertido en un concurrido centro de expediciones científicas, culturales y recreativas. Una bendición para los lugareños, capaces de tolerar las borrascas cenicientas e ignorar los efluvios de huevos podridos, a cambio de los recursos que les dejan los visitantes por su hospitalidad. El turismo se ha convertido en la principal fuente de generación de divisas para Guatemala, superado sólo por las remesas familiares enviadas desde el extranjero.