Millones de prendas se acumulan en un basural clandestino en el desierto de Atacama. El costo ambiental de la moda rápida es imposible de ignorar en esta imagen. Muestra al menos 39.000 toneladas de ropa desechada, equivalente en peso a unos 85.000 pianos de cola. El llamado Vertedero de Moda Rápida se ha ido levantando de los descartes de la ropa que llega cada año a Chile —el primer importador de prendas de segunda mano de América Latina— a través de la zona franca del puerto de Iquique. Esto ocurre por dos grandes razones: la zona libre de impuestos para la importación y la ley de residuos que no aceptan las textiles. Según un estudio de la ONU de 2019, la producción de ropa en el mundo se duplicó desde el año 2000 al 2014, y los consumidores nos vestimos ahora con la misma prenda un 36% menos de lo que lo hacíamos en ese período. El domingo un incendio consumió gran parte del vertedero.