Lideresas indígenas marchan contra la agenda anti indígena del presidente Jail Bolsonaro. En medio de bailes y cantos, miembros 200 grupos étnicos diferentes se reunieron en el Campamento anual de Tierras Libres para exigir acciones sobre los derechos a la tierra y la protección del ambiente. Más de 8.000 nativos de todo el país se reunieron en Brasilia para dar voz a la lucha en curso para salvar su cultura y forma de vida. Protestaron contra un paquete de proyectos que está considerando el Congreso y que los activistas han llamado “combo de la muerte”. Estos incluyen habilitar las reservas indígenas a la minería y otras explotaciones comerciales, y trasladar a algunas poblaciones de sus tierras para evitar conflictos con las empresas. El campamento que tuvo una duración de 10 días, va por su 18 edición y es la mayor reunión de pueblos indígenas del mundo.
