La foto del día

Monjes budistas ensayan con sus “dungchens”, unas largas trompetas metálicas cuyo sonido se asemeja bastante al barritar de los elefantes, en inmediaciones de un templo de Timbu, la capital del Reino de Bután. Conocido por ser uno de los países más felices del mundo, Bután conserva intacta su cultura y tradición, mientras lucha por mantener cierto equilibrio entre la necesidad de recuperar su economía y reabrir las fronteras al turismo después de casi tres años. Un grupo de 34 turistas internacionales arribó al país el 2 de abril, pero a este primer contingente simbólico, le seguirán viajeros de Estados Unidos, Reino Unido, Nueva Zelanda, Alemania y Francia que ya han agotado las reservas hoteleras para el resto del año. Amenazada por dos gigantes demográficos, como China y la India, Bután es una de las naciones menos poblada del planeta, un rincón que se mantuvo aislado del turismo hasta 1974.