Un dron despega de un centro médico de Muhanga, en Ruanda, mediante un sistema de catapulta que le permite alcanzar rápidamente los 100 km/h. El aparato puede volar de día y de noche, en cualquier condición, y el controlador puede detener el vuelo en caso de problemas técnicos, con un paracaídas incorporado que permite un aterrizaje suave. El estado del este de África fue el primero en el mundo en usar drones para entregar sangre y medicamentos esenciales a los hospitales rurales. El avance se produjo luego de un acuerdo entre el gobierno y el fabricante estadounidense Zipline, y ahora operan dos centros en cada extremo del país. Las baterías de los drones duran dos horas, lo que significa que pueden volar 160 km con una sola carga y pueden transportar hasta 1,5 kg de carga a la vez. El centro de Muhanga tiene 14 drones que atienden a 21 hospitales y hasta ahora ha entregado más de 20.000 unidades de sangre.