El caballo tiene un papel muy importante en la cultura turcomana. Incluso en pleno siglo XXI se lo considera un miembro más de la familia. Los caballos Akhal-Teke son un tesoro cultural y un símbolo histórico de las tribus nómades del desierto de Turkmenistán y se encuentran entre las razas más antiguas y raras del mundo. Son altamente apreciados por su inteligencia, resistencia y velocidad. Según se cree, descienden del extinto caballo Nisean, de Irán, que fue criado y cruzado con razas originarias de Turquía y Europa, donde se engendró la raza inglesa de pura sangre. Alguna vez símbolo de lujo y alta sociedad, los Akhal-Teke, bautizados así por el lago Akhal, en Turkmenistán no se acostumbra a regalar, vender o intercambiar los caballos, actividad reservada para criadores oficiales. Considerado un tesoro natural, su imagen ha sido colocada en el emblema nacional de Turkmenistán como un símbolo de libertad.