Un avión cisterna arroja retardante de fuego sobre un incendio forestal en Boulder, Colorado. Más de 19.000 personas fueron evacuadas y se necesitaron más de 200 bomberos para contener las llamas que a punto estuvieron de arrasar unas 8.000 viviendas y propiedades. Sin embargo, este domingo el infierno estaba lejos de haber sido controlado, como aseguraron las autoridades del estado. Unas 50.000 hectáreas continúan afectas debido al incendio que se desató, se estima, por las temperaturas que superaron todos los récords, con un registro de 20° grados más altas de lo normal. Este calor inusual, combinado con fuertes vientos, fue el combustible para el desastre forestal que comenzó el sábado y que ha sido bautizado “NCAR Fire”, por su proximidad con el Centro Nacional de Investigación Atmosférica (NCAR), un centro de renombre mundial para la investigación meteorológica y meteorológica.