La masiva marcha que se desarrolló hace exactamente un año en Plaza Ramírez sirvió para visibilizar el reclamo contra la “inacción” de los tres poderes del Estados en cuanto a ponerle un freno efectivo y eficaz a la violencia de género y los femicidios. Vistas las ignominiosas estadísticas, las demandas de las diversas organizaciones defensoras de los derechos de las mujeres, lesbianas, travestis, trans y no binaries, cobran hoy más urgencia. “No aparecemos muertas, nos matan”, se leía en un cartel. Otro sintetizaba en seis letras de manera contundente el sentimiento que sobrevolaba entre las manifestantes: Hartas.









