Una postal típica del barrio McElderry Park, en Baltimore, Estados Unidos. El vecindario, que supo albergar a la gente adinerada de la ciudad, se ha convertido en una “isla de calor”. La definición alude a los sectores urbanos expuestos a las altas temperaturas que por el calentamiento global y su infraestructura han sido declarados “peligrosos” para la vida humana. El tipo de construcción, el asfalto y la ausencia de árboles hace que esos lugares superen con creces las temperaturas promedio. Para remediarlo Baltimore ha iniciado un programa de plantación de árboles a gran escala, y una demanda judicial contra los principales responsables de impulsar la crisis climática que ha aumentado la frecuencia, la intensidad y la duración de las olas de calor. Baltimore y otras 20 ciudades y estados están demandando a los principales conglomerados petroleros por generar la crisis y descargar la carga financiera sobre la ciudadanía.
