Una mujer se baña en uno de los ríos más sagrados de la India, cubierto por lo que parece una gruesa capa de nieve. Pero no es nieve. Un largo tramo del río Yamuna está tapado por una blanca espuma tóxica, causada en parte por los contaminantes que vierten las industrias ubicadas en la periferia de Nueva Delhi. De cualquier forma, cientos de devotos hindúes se adentran hasta las rodillas e incluso se sumergen por completo para un baño sagrado. El Yamuna, de 1.376 kilómetros, proporciona más de la mitad del agua de Nueva Dehhi, donde residen 20 millones de personas. Se ha contaminado más con el paso de los años, una vez que las cloacas de la ciudad, los pesticidas agrícolas de estados vecinos y los desechos industriales de las fábricas van a parar a su cauce. En una ciudad que ya tiene el aire más contaminado del mundo, una vía fluvial insalubre es motivo de alarma, pero para los devotos “la vida sigue”.