El conglomerado de torres y rascacielos conocido como JBR, en el corazón de Dubai a orillas del Golfo Pérsico, componen una fisonomía urbana que contrasta con el paisaje natural de los Emiratos Árabes Unidos. La arquitectura exuberante se ha convertido en el nuevo rostro de ciudades como Dubai, Abu Dhabi y Doha, epicentros globales de las finanzas, los negocios y la hipermovilidad de las personas. El 90,35% de sus habitantes son extranjeros, convirtiendo a Emiratos Árabes Unidos en la nación con mayor porcentaje de inmigrantes del mundo. Estas ciudades están en su mayoría pobladas y construidas físicamente por expatriados de todo el mundo, y hoy representan un laboratorio vivo en el que la identidad local y las tradiciones se confunden con el estilo de vida occidental. Un terreno fértil para la fotógrafa italiana Laura Gasparini que explora las contradicciones de las metrópolis de “clase mundial” y la geopolítica.