La organización benéfica WaterAid exhibe esculturas de hielo frente al Tower Bridge en Londres en un llamado a la acción sobre los efectos del cambio climático. Las esculturas simbolizan a los damnificados por el calentamiento global y la amenaza que representa para el abastecimiento de agua potable y la estabilidad social de las naciones del mundo. Según el informe de la organización, los cada vez más frecuentes eventos climáticos extremos, como las sequías, secan las fuentes de agua, como de manantiales y acuíferos subterráneos, mientras que el aumento del nivel del mar y las inundaciones contaminan los suministros de agua mal protegidos, con consecuencias devastadoras. La actual situación, “está haciendo la vida más difícil para los 785 millones de personas que viven sin agua potable y luchan por satisfacer sus necesidades básicas”. Y esas personas ya están emigrando hacia las ciudades, “a una escala y velocidad que ni siquiera los países ricos podrán contener”.
