En su huida de los talibanes, civiles afganos trepan el muro del Aeropuerto Internacional de Kabul, donde una multitud desesperada asaltó las aeronaves disponibles para escapar de “la caza de los traidores”, como sentenciaron los combatientes que tomaron el control de la capital del país. Luego de 20 años de una guerra y ocupación que EE.UU. inició para atrapar de Osama Bin Laden, que, como se sabe, no estaba en Afganistán, el presidente Joe Biden anunció el pasado 14 de abril el retorno de sus fuerzas militares de su guerra más larga. Una guerra en la que murieron: 2.448 soldados y 3.846 contratistas estadounidenses. Unos 66.000 militares y policías afganos. Más de 1.140 miembros de las fuerzas aliadas, incluidos de la OTAN. Y que le costó la vida a 47.245 civiles afganos y 51.191 combatientes del Talibán y otros grupos insurgente. Además de 444 trabajadores humanitarios y 72 periodistas.
