La cabeza del caballo de Troya llamado “Cyber Horse”, hecho de miles de componentes de computadoras y teléfonos celulares que alguna vez funcionaron bien, pero luego se infectaron con varios virus, se exhibe en el extenso campus de la Universidad de Tel Aviv, en Israel. La escultura, es una metáfora sobre el tema que domina el gran evento internacional que se realiza cada año en la universidad: la ciberseguridad. Es una declaración sobre los posibles efectos maliciosos de la tecnología. Pero también una manera de advertir que el peligro no está en la tecnología, sino en lo que esconden en su interior los ciberataques para la economía, la política, la cultura y la privacidad de los ciudadanos.
