Tratar de reducir al máximo la tracción a sangre en la ciudad es una de las prioridades de esta gestión municipal, al menos eso parece, debido a los constantes operativos que realizan para intentar sacar de las calles a los caballos que deambulan sin dueño a la vista. Pese a ese evidente esfuerzo, muchas veces se ven escenas como la ocurrida en la esquina de calles 3 de Febrero y Henry, donde tres caballos paseaban a los que parecían ser sus dueños. Si bien quienes montaban estos animales son correctos a la hora de permitir el paso a los vehículos, más correctos de muchos automovilistas, es un riesgo que esta modalidad de transporte siga en vigencia en zonas muy transitadas.