En el pintoresco barrio de Al Max, en Alejandría, apenas queda rastro de lo que fue la “Venecia de Egipto”. Pero esos asentamientos están muy presentes en las mentes de los pescadores que resistieron a la expulsión de sus casas ante los planes de construcción de un nuevo puerto. El proyecto pretende borrar la primera línea de mar de Al Max en favor de la construcción de uno de los puertos más grandes del Mediterráneo, que conectará de este a oeste los muelles de Alejandría y Al Dejela. Así se busca también facilitar el transporte de productos petroquímicos y de cemento producidos en las decenas de fábricas que llevan años vertiendo residuos en las aguas, acabando la vida acuática, el principal sustento para la mayoría de los vecinos. Pero a Alejandría la amenaza más la subida del nivel del mar. La ONU dice que para 2050 las aguas subirán hasta 68 centímetros, lo que provocará el desplazamiento de 2 millones de personas.