Voluntarios recogen basura en las playas de Navotas, Filipinas, en el del Día Internacional de Limpieza de Costas, que se celebra desde 1986 el tercer sábado de septiembre en todo el mundo. Este evento se ha convertido desde la pandemia en la mayor iniciativa global en pro de la salud de los océanos, cuando se hizo evidente que los barbijos descartados inundaban los ríos y mares. Aunque sus impulsores saben que limpiar playas no es la solución, pues se trata de una solución aguas abajo, cuando ya se generó el problema, la jornada constituye un gesto simbólico de gran impacto para crear conciencia. Al tiempo que se quitan toneladas de plásticos y otros desperdicios contaminantes que afectan a las comunidades. Limpiar las costas es apenas un recurso para evitar un desastre ambiental a largo plazo. Una crisis que sólo se detendrá si logramos reducir la producción y el consumo de la actual cantidad de plásticos.