La ola de terremotos que han sacudido a lo largo de la semana la costa oeste de Japón, el mayor de ellos con una magnitud 7,6 de la escala de Rictcher, han dejado al menos 70 muertos y cuantiosos daños en rutas e infraestructura. El primero de los sismos ocurrió el 2 de enero y afectó a la central nuclear de Shika, en el centro de Japón. Una subida del nivel del mar de tres metros, produjo daños en uno de los muros que protegen uno de sus reactores de la llegada de tsunamis. Durante la última revisión del viernes, se descubrió además que otro muro de cuatro metros de altura instalado en 2011 para proteger el reactor 1 (uno de los dos que tiene esta central, que permanece apagada desde hace casi 13 años) se inclinó varios centímetros. En marzo de 2011 el impacto del terremoto de magnitud 9,1 fue tal, que desde entonces sólo una decena de los más de 30 reactores nucleares que posee Japón han vuelto a reactivarse.
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