Donald Trump firma autógrafos en la escuela secundaria de Fort Dodge, en Iowa. Estampar su rúbrica en la portada de un ejemplar de la revista Play Boy no es casual, ni inocente, sino más bien un gesto de impunidad. El expresidente de EE.UU. está siendo enjuiciado por falsificar registros comerciales, enfrenta 34 cargos y podría ir a la cárcel. Una de las acusaciones se enfoca en el pago para callar a la actriz porno Stormy Daniels, con quien mantuvo una relación. Pero también a la modelo de Play Boy, Karen McDougal, a quien silenció con una maniobra. Hay pruebas de que Trump le pagó al diario Enquirer para que le comprara a la modelo su historia de la relación extramatrimonial en un “reportaje exclusivo”, que nunca se publicó. Ella recibió US$150.000 pero el acuerdo le prohibía hablar del vínculo. En 2021 la Justicia halló indicios de ese pago a la modelo y lo consideró como una contribución ilegal en la campaña.
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