Militantes de extrema derecha, hooligans y miembros de grupos radicales anti-musulmanes se enfrentan con agentes de la policía, mientras intentan detener La Marcha Nacional por Palestina que reunió este sábado a unas 800.000 personas en Londres. Se trató de una de las marchas más grandes en la historia británica, aunque salpicada por graves hechos de violencia. Los contramanifestantes provocaron ataques, calificados como “profundamente preocupantes”, por la policía en un comunicado oficial difundido ayer. Durante los virulentos episodios, fueron arrestados 126 ultraderechitas, a quienes se les secuestraron armas blancas, como cuchillos, navajas, cachiporras y puños de acero. Los incidentes aumentaron la presión sobre el primer ministro Rishi Sunak para que despida a la secretaria del Interior, Suella Braverman, quien había dicho poco antes que “los propalestinos son manifestantes del odio”.
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