El subte de Nueva York está situado a unos 55 metros bajo tierra, por lo que pensar sólo en eso puede evocar una sensación de oscuridad, desolación y claustrofobia. Más todavía un 31 de octubre a la noche, cuando se celebra Halloween y en sus vagones viajan sangrientos Frankenstein; asesinos solitarios o payasos siniestros. El fotógrafo Seymour Litch comenzó a retratar a estos personajes hace 20 años cuando lo enviaron a cubrir el extravagante Halloween de Greenwich Village, el distrito del oeste de Manhattan, cuna de la generación beat en los 50, del movimiento hippie en los 60 y bastión artístico y cultural de donde emergieron figuras como Bob Dylan, Jimmi Hendrix, Simon & Garfunkel, James Taylor y Joan Báez, entre otros íconos musicales. Lo mundano y lo fantástico surgen en sus fotos, como esta inquietante mujer cabeza de liebre que parece regresar a la profundidad de la madriguera.
La foto del día

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