Un grupo de mujeres bailan alrededor de una “mangazia” (líder de la comunidad femenina) de Gambaga, una ciudad del norte de Ghana. La anciana muestra algunos signos de confusión y pérdida de memoria asociada con la demencia, por lo que sus familiares la enviaron a vivir a un geriátrico, uno de los tantos centros de acogida para mujeres con trastornos mentales, conocidos en Ghana como “casas de brujas”. A medida que aumenta la esperanza de vida, la demencia se está convirtiendo cada vez más en un problema sociocultural y de salud pública en muchos países de África. Las personas con síntomas de habla confusa, que comienzan a deambular desorientadas o que padecen pérdida creciente de su memoria, son frecuentemente estigmatizadas y segregadas. Las mujeres son acusadas de brujería con más frecuencia que los hombres. Se prevé que su número se duplique cada 20 años.