La negociación con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el nuevo índice mensual de inflación marcan el escenario nacional, atravesado por los debates internos de las dos alianzas mayoritarias. El pegado en Entre Ríos y los desafíos de provincializar la discusión proselitista hacia el 13 de agosto.
Por Mariano Osuna
El equipo económico del Gobierno nacional se encuentra en los tramos finales de una nueva instancia de negociación con el FMI, luego del pago de 1000 millones de yuanes, como parte de los vencimientos del mes de junio, que además tuvo el desembolso en Derecho Especial de Giro (DEG), que es un activo de reserva, creado en 1969 por el organismo internacional, y que son distribuidos a los países miembros. La posibilidad de seguir abonando con la moneda china, el derecho a la intervención local en el mercado financiero, las salvedades por las consecuencias de la sequía y de la guerra, y los desafíos de equilibrio fiscal, son algunos de los ejes que grafican el debate en curso.
En abril de este año, distintos economistas opositores se comunicaron con funcionarios del FMI para pedirles que el organismo rechazara dar asistencia al país, en un año electoral, y que se postergue cualquier consenso hasta la asunción de una nueva administración nacional. Como un Déjà vu de lo ocurrido, en los últimos días, algunos de esos economistas profundizaron esos llamados para pedirles al organismo multilateral una mayor dureza en el trato, que eleven sus exigencias con el país e incluso que ayuden al desequilibrio macroeconómico. Hace tres meses, el director argentino ante el organismo, Sergio Chodos, había señalado a los ex ministros de Economía, durante la presidencia de Mauricio Macri, Hernán Lacunza y Alfonso Prat Gay, y al ex titular del Banco Central, Guido Sandleris, de ser los responsables de esas obstaculizaciones.
“Están boicoteando al conjunto de la sociedad en un marco donde no se trata sobre si este Gobierno va a tener este u otro esquema de desembolsos, sino de que el país va a tener dificultades en la capacidad de repago al propio organismo si fuese que se cortan los desembolsos”, argumentó el representante argentino ante el FMI luego de la denuncia contra las maniobras que están “boicoteando al resto de la sociedad”. En ese sentido, advirtió que “si el foco es pedir que no haya desembolsos a la Argentina, ahí ya no estamos discutiendo de tener diálogo o no, de discutir una política determinada o no; sino de afectar en su conjunto a los argentinos”. Y agregó que esa conducta “puede vincularse al dictamen de la Auditoría General de la Nación (AGN) que marca las irregularidades internas del acuerdo que el gobierno anterior firmó en 2018 a espaldas del Congreso y la sociedad”.
El jueves pasado, durante un acto en el partido de San Martín de la provincia de Buenos Aires, el ministro de Economía y precandidato presidencial por Unión Por la Patria, Sergio Massa, volvió a denunciar la misma dinámica de ex funcionarios de la alianza Cambiemos. «Hubo economistas de la oposición en la Argentina que en los últimos días se comunicaron y decían: ‘no les den nada, pidanle todo, exijanle al máximo, esto tiene que estallar’. Qué poco patriotas los colegas de la oposición», afirmó el tigrense, que alertó que por “una elección están dispuestos a que la gente lo pase mal». En el mismo evento, el ex Presidente de la Cámara de Diputados anticipó que “la Argentina va a acordar con el Fondo”, y destacó que en el acuerdo “no vamos a resignar nuestra capacidad soberana y tampoco vamos a rendirnos al altar del ajuste fiscal. El rol del Estado es fundamental”.
En ese contexto, de momentos culminantes de la negociación por la refinanciación del crédito tomado en 2018, las corridas financieras hicieron lo suyo. El mercado se levantó en la jornada de ayer con una cotización del (mal llamado) dólar blue, de $517 para la compra y de $522 para la venta, en un escenario donde el precio saltó $17 en dos días. De manera simultánea, el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) difundió el nuevo Índice de Precios al Consumidor (IPC), correspondiente al mes de junio, que fue del 6%, con un desaceleramiento de 1,8% respecto al mes anterior y un acumulado en el primer semestre de 50,7%. Entre las categorías que más aumentaron sus valores aparece el rubro Comunicación, con un 10,5%, secundado por Salud con un 8,6% y Vivienda con un 8,1%. En el lado opuesto, de los sectores con menos incrementos en el mes, emerge Alimentos, con un 4,1% y Vestimenta con un 4,2%.
Polarización
La fragmentación política y la crisis de representatividad en la ciudadanía se encuentra reflejada, en parte, en la participación del electorado en los diversos comicios provinciales, como también en la elección del voto en blanco. Las frustraciones políticas, las consecuencias del coronavirus, la transición hacia la postpandemia, la transformación de nuestros hábitos y consumos, y la situación económica, son parte de múltiples elementos que explican el complejo escenario electoral. Más allá del protagonismo ganado por el actual diputado nacional Javier Milei, en la búsqueda de constituirse como una referencia de esa bronca o impotencia, el tablero contiene una aporía entre dos máximas conceptuales: el rol activo o minúsculo del Estado en la vida cotidiana, la salud, la educación, la vivienda y la economía.
La ex ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, en ese esquema de representaciones, compite más con el espejo identitario del libertario que con su rival interno, el jefe de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta. Los daños colaterales de la contienda, dentro de Juntos por el Cambio, marcará el rumbo de la coalición opositora luego de las Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) del próximo 13 de agosto, principalmente de la capacidad de complementariedad entre las dos propuestas presidenciales y de la recuperación de las heridas que arrojen las competencias nacionales, provinciales y locales. En línea con el análisis anterior, sobre la tracción de votos y la puja de representaciones, una victoria del Alcalde porteño en las Primarias disocia esa imagen antagónica entre los dos márgenes de la polarización, y acerca las brechas de los electorados con Sergio Massa, en una hipotética batalla de segunda vuelta, agendada para el domingo 19 de noviembre.
La derechización de los discursos electorales obligó a Larreta a asemejarse a su contrincante interna, respaldada por su ex jefe político, con gestos discursivos pero además con acciones concretas, como la inclusión del presidente de la UCR, Gerardo Morales, en su binomio estelar, y del libertario José Espert, como precandidato a senador nacional por la provincia de Buenos Aires, entre otros nombres incluidos en sus boletas. Pese a ese corrimiento, Larreta y Massa comparten un porcentaje variable de la población, que visualiza en ambos a sus opciones predilectas. Esa concomitancia no es nueva, sino que atraviesa la historia política de ambos precandidatos, que incluso compartieron experiencias proselitistas, como el trabajo de asesoría a la candidatura a la vicepresidencia de Ramón Ortega, que secundó a Eduardo Duhalde en las votaciones ejecutivas de 1999, que terminó con el triunfo de la Alianza y Fernando De la Rúa.
El Jefe de gobierno porteño inició su trayectoria, en la administración pública, en el Ministerio de Economía, en 1993, en el primer mandato de Carlos Menem. Luego fue gerente general de ANSES, y subsecretario de Políticas Sociales del Ministerio de Desarrollo Social, en una vidriera que lo colocó como posible postulante de un ministerio, en un hipotético gobierno de Duhalde. Tras la asunción del Mandatario radical, fue designado en 1999 como interventor del PAMI y después como director general de la Dirección General Impositiva (DGI). La mención a Ortega en la columna no fue casual, ya que previamente Larreta fue uno de los creadores del grupo Sophia, una fundación que fue auspiciante de la candidatura del músico tucumano, y que fue semillero de dirigentes como María Eugenia Vidal, Soledad Acuña, Carolina Stanley, Esteban Bullrich, Eugenio Burzaco, entre otros.
En la vereda opuesta, en el frente Unión por la Patria, el debate interno se reordenó, o apaciguó al menos, tras la confirmación de la lista encabezada por Massa, acompañado del actual jefe de gabinete, Agustín Rossi. La imposibilidad de la candidatura de la vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner, sumado a la postura de Axel Kicillof de ir por la reelección en provincia de Buenos Aires, puso al tigrense en la escena principal, como un actor de consenso que facilite una representación mayoritaria de las diferentes patas que conforman la coalición. No obstante, el dirigente social y referente de Patria Grande, Juan Grabois, decidió su precandidatura, acompañado de la socióloga Paula Abal Medina, hija de Juan Abal Medina (p) y Nilda Garré. Sin la agresividad de la interna en Juntos por el Cambio, la apuesta en el oficialismo pasa por la contención de sectores que se vieron desilusionados con la declinación electoral de Wado de Pedro, y la falta de ese trasvasamiento generacional, sintetizado en algún hijo del 2001 o de la generación diezmada. Aunque la política no es matemática, la complementariedad de los votos post Primarias parece más natural en la estrategia de la coalición gobernante. Más aún en provincia de Buenos Aires, donde la boleta tendrá los nombres de Máximo Kirchner, Axel Kicillof y el mencionado Ministro del Interior de la Nación.
Incidencia en los debates provinciales
Como explicó Punto y Seguido, la columna política de los domingos en LA CALLE, además de la influencia del contexto nacional económico y político, el tablero de elecciones concordantes arroja otros condicionantes, como la propia confección de la boleta, que tendrá en una extremidad la categoría a presidente/a y en la otra punta la lista de intendente/a, dejando en una visibilidad secundaria la papeleta de gobernador/a. La capacidad de movilización en los territorios locales y el rol de las disputas por las municipalidades serán claves para que la nacionalización del debate no monopolice la definición del voto.
Los departamentos Paraná, Concordia, Gualeguaychú, Uruguay, Federación, La Paz y Colón, es decir siete distritos, representaron el 73,3% del electorado en el padrón oficial de los comicios de medio término de 2021. La suma de los primeros cuatro acumula el 57,4% de los votantes totales de la provincia, marcando la relevancia significativa, para ambas coaliciones, Más por Entre Ríos y Juntos por Entre Ríos, del desenlace electoral en las cuatro ciudades cabeceras de esos departamentos. En la Histórica hay tres opciones por el peronismo (Perdomo, Lauritto y Bisogni) y seis para la principal fuerza opositora (Sittoni, Orrico, Steren, Vales, Sosa y Vázquez), mientras que en Paraná compiten cinco nombres por el justicialismo (Guzmán, Paz, Romero, Mathieu y Acebal) y seis por la alianza oponente (Gainza, Varisco, Acosta, Sibulofsky, Izaguirre y Curvale). En Concordia también son cinco los postulantes del oficialismo (Giano, Cresto (p), Gay, Asueta y Francolini), en tanto que hay tres anotados por Juntos por el Cambio (Lapiduz, Azcué y Niez). Por último, en Gualeguaychú, el peronismo aparece encolumnado en una lista única, protagonizada por Martín Piaggio (primo), mientras que el frente opositor posee cinco alternativas (Davico, Echandi, Álvarez, Fernández y Dargainz).
Una primera aproximación análitica muestra que la fragmentación política también emerge como peculiaridad en las contiendas locales y en determinadas competencias por la senaduría departamental. Salvo el caso del peronismo en la Ciudad del carnaval, en ambas fuerzas políticas es indispensable el trabajo post 13 de agosto, con el propósito que la dispersión del voto en las Primarias no termine siendo inorgánico a la acumulación final, en los comicios generales del 22 de octubre. Actualmente son 83 los municipios entrerrianos, de los cuales el 56,62% de esas intendencias son gobernadas por el Frente Creer, que fue el sello elegido en 2019 por Gustavo Bordet para la alianza provincial. Son exactamente 47 las administraciones locales a cargo del peronismo, entre las que se destacan 11 de las 17 localidades cabeceras departamentales: Concepción del Uruguay, Paraná, Gualeguaychú, Concordia, Federación, Villaguay, Feliciano, Diamante, Villa Paranacito, Federal y San Salvador.
Por otro lado, Juntos por el Cambio gobierna actualmente 23 localidades entrerrianas, que representa el 27,71% de los municipios, incluyendo las cabeceras de los departamentos La Paz, Victoria, Gualeguay y Nogoyá. Por último, el vecinalismo conduce 13 gobiernos de cercanía, aunque sin una organización provincial de las distintas experiencias vecinalistas, donde resaltan Rosario del Tala y Colón, aunque el intendente de la ciudad de la Artesanía, José Walser, resolvió hace unos meses el pase a Juntos por el Cambio.
Bailar pegados
La llegada de Bullrich a Entre Ríos, como lo hizo la semana anterior Larreta, sentenció cualquier posibilidad de pegado simultáneo de ambas propuestas a la gobernación, encabezadas por el ex Ministro del Interior, Rogelio Frigerio, y el actual legislador nacional, Pedro Galimberti. “Patricia Bullrich tiene todo su derecho a preferir un candidato sobre otro. Es razonable. No se discute. Lo repudiable es pretender clausurar la posibilidad de elegir, justo el año que celebramos 40 años de democracia. Eso no habla bien de ella”, fue la respuesta del ex Intendente de Chajarí, que deberá competir con nómina corta, luego de los dichos de la ex Ministra en conferencia de prensa en Paraná, previo a una recorrida por la localidad de Diamante.
“Es mucho mejor que los propios entrerrianos diriman en las urnas quién es mejor candidato para gobernar la provincia que las decisiones que puedan tomar, entre cuatro paredes, a metros del obelisco”, apuntó Galimberti en sus redes sociales, con una frase final que dejó lecturas entre líneas. “Con todo respeto, señora: ojalá que los votos de Entre Ríos Cambia le sobren y que no pase lo mismo que en Córdoba”, advirtió.
Por su lado, en el oficialismo, salvo alguna situación de último momento, ganó la idea del pegado múltiple de todas las listas, hacia abajo y arriba, para intendencias y presidencia, luego de una serie de rumores que daban cuenta de la negativa de Casa Gris, y del Palacio municipal de la capital entrerriana, de ir en la misma lista con Grabois. La situación de las intendencias, como reflejamos anteriormente, con un menú variado de opciones electorales, pone en evidencia la segmentación en las identidades políticas, sus referencialidades y sus representaciones, que pueden dejar varias sorpresas luego del primer ensayo en el ring, dentro de 28 días.













