La cultura refugio o transformación

Por Ana Hernández

La cultura puede ser un refugio o una herramienta de transformación social. El hambre no siempre es por falta de alimentos, también al alma hay que darle de comer. “Un poco de azúcar del estero, un poco de risa y caramelo”.
En este caso las distintas disciplinas artísticas (aunque la cultura es mucho más que eso) como expresiones  pueden ser contestarías, de resistencia  y también un espacio para crear comunidad.
Estamos en presencia de una narrativa intolerante y violenta. Hoy en el contexto se respira una incertidumbre muy poco placentera porque no nos educaron para la misma, y no hay lugares de catarsis colectiva. En cambio, tenemos expresiones violentas individualistas que no es lo mismo que individual. Esto refleja la falta de espacios comunitarios que generen sentido de comunidad porque la cultura construye sentido, promueve la defensa de derechos y el buen vivir.
Seguramente no va a satisfacer las necesidades básicas como la alimentación, la salud, la vivienda de las poblaciones vulneradas, pero da herramientas para defenderse. Ella modela las identidades de las personas y refuerza la cohesión social. Divide sociedades en sus diferencias marcando las identidades. Crea puentes entre grupos y personas, crea paz y hasta es un agente económico significativo.



Más cultura es más humanidad

La cultura engloba modos de vida, transversaliza temas como religión, ciencia, tradición e innovación, arte y música, lenguas y literatura. Al mismo tiempo se vincula netamente con la calidad de vida y mucho más aún con el deseo. El deseo es un aspecto muy sabiamente tomado por el mercado y eso hizo que se vacíe de sentido. El deseo de la creación, de la trascendencia y el respeto por las trayectorias más que por el final del camino.
Hay una necesidad de abrir las puertas de la universidad a la comunidad en forma real. Como también los clubes son otra opción pero sin cofradías sino facilitar su acceso es la tarea .Esto puede enseñar a construir juntos y juntas para comprender que la cultura no es un evento, no es una eventualidad sino una construcción permanente.
En definitiva, la cultura y/o en este caso el arte, puede ser un refugio de masturbación individualista  y catarsis o puede ser uno de los puentes salvadores para un mundo con cataclismos naturales y en guerra. Aun así, necesitamos divisar el horizonte y aprender a vivir sin las confirmaciones que siempre estuvieron y hoy ya no están.
Por lo tanto sólo queda decir que más cultura es más humanidad. Más humanidad por favor.