
Lo hizo ayer por la mañana en plaza Ramírez. Esta vez, los actos centrales tuvieron desarrollo frente al mástil ubicado en 9 de Julio y Urquiza. Hubo autoridades, invitados especiales, abanderados con las escoltas de diversos establecimientos uruguayenses y la Agrupación 9 de Julio.
Concepción del Uruguay conmemoró ayer el 207° aniversario de la declaración de la independencia por medio de una formación cívico-militar frente al mástil de la bandera argentina, ubicado en la intersección de 9 de Julio y Urquiza/3 de Febrero, en plaza General Francisco Ramírez. Fue encabezada por el intendente, Martín Oliva, acompañado por la presidenta del Concejo Deliberante, Viviana Sansoni, funcionarios del Ejecutivo, ediles, representantes de las fuerzas vivas e invitados especiales y la presencia de vecinos. Tras la presentación y el saludo a la Agrupación 9 de Julio, conformada por efectivos de las fuerzas armadas y de seguridad con asiento en La Histórica, se interpretó el Himno Nacional Argentino y la Marcha de Entre Ríos, cuyas estrofas fueron ejecutadas por la Banda de Música del Batallón de Ingenieros Blindado 2.
La invocación religiosa estuvo a cargo del cura párroco de la Basílica de la Inmaculada Concepción, presbítero Gregorio Nadal Salazar, en tanto que las palabras alusivas fueron pronunciadas por el secretario de Gobierno, Juan Martín Garay. Entre otros conceptos, expresó: “Conmemoramos hoy un nuevo aniversario de la declaración de la independencia nacional. Desde esta ciudad, cuna de la organización nacional, podemos afirmar que tenemos patria y nación. Tenemos patria porque es algo que nos vino dado, como un regalo, donde la vida nos alumbra. Ésa es nuestra patria. Y tenemos nación porque es una construcción colectiva, una de todos y para todos, donde no debería haber exclusiones de ningún tipo y, sin embargo, las hay. La pregunta que debemos hacernos es: ¿qué significa ser independientes hoy? ‘Seamos libres y lo demás no importa nada’, dijo el Padre de la Patria, el libertador general José San Martín”, dijo.
“Hoy tenemos claramente dos modelos de país diferentes y en pugna: uno participativo y otro excluyente. El primero representa los anhelos comunitarios, de justicia social, soberanía e independencia; y el segundo que representa a círculos de presión e influencia con fines especulativos en detrimento del desarrollo integral del país. Nuestra Argentina tiene dos almas: una que mira la frustración en el espejo; y otra que está latente en el subsuelo de la patria, aguardando con esperanzas el mañana. Esta fecha patria nos tiene que interpelar para que empecemos a asumir y darnos cuenta que la oportunidad que tenemos es la de afrontar el diálogo y el encuentro; reemplazar el yo por el nosotros. Y encontrar un punto de cohesión y proyección social que nos permita avanzar todos juntos y hermanados en la construcción de un mismo destino histórico, terminando con todo tipo de grietas. Hay dos grandes valores que nos atraviesan: la vida, que es un regalo, y la libertad, que es un tesoro que se conquista. En esta sociedad del conocimiento quizás la única oportunidad de liberación más profunda en las personas es la de la educación. Felizmente Concepción del Uruguay fue declarada por la Unesco como Ciudad del Aprendizaje. Hay más: podemos afirmar que en estos primeros 40 años ininterrumpidos de democracia vivimos en una sana armonía. Por eso, a 207 años de la declaración de la independencia nacional: sigamos trabajando juntos por nuestra ciudad para que se fortalezcan las instituciones y se consolide una democracia fundada en los valores de la verdad y la vida, de la justicia y la solidaridad, del amor y la paz. ¡Viva la patria!”
En el segmento final se realizó el desfile frente al palco oficial de los abanderados y escoltas de las escuelas primarias y secundarias y de la Agrupación 9 de Julio, y la posterior desconcentración.
A todo esto, por la tarde se efectuó la representación del pericón nacional frente a las puertas del histórico Colegio del Uruguay Justo José de Urquiza.
Cabe recordar que el programa conmemorativo se inició a las 8:00 con el izamiento del pabellón nacional y concluyó a las 18:00 con el arrío en el mástil de la plaza principal.











