La campaña, la gestión y las estrategias

Asesores españoles desaconsejan los actos masivos al oficialismo, pero el Día de la Lealtad es más fuerte.

Cambio de Gabinete, eliminación de restricciones, sensación post pandemia y medidas económicas, como táctica oficial del Frente de Todos. Por su parte, la Alianza Juntos agudiza la polarización, profundiza las ventajas del show televisivo y endurece su postura en el Congreso nacional. La incierta calma en Entre Ríos, donde no hubo cambio de ritmo luego de los resultados.

Por Mariano Osuna

Las primeras definiciones de Alberto Fernández respecto del Gabinete nacional, con la incorporación de distintos actores con un volumen político diferente, tuvo su continuidad esta semana con la designación de Roberto Feletti, en la siempre estratégica Secretaría de Comercio, donde se desempeñaba Paula Español, que ahora lo hará en el Ministerio del Interior. El nuevo funcionario se metió en la batalla de los precios, con el preanuncio de ampliación del listado de Precios Cuidados y el congelamiento de 1.247 productos hasta el 31 de diciembre. Mientras, en simultáneo, el presidente Alberto Fernández recibía al puñado de empresarios con mayor poder fáctico en la Argentina, en la previa a su participación en el coloquio IDEA; y el ministro de Economía, Martín Guzmán, mantenía encuentros por las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional.
La vuelta total de la presencialidad de clases; la transición hacia una nueva etapa epidemiológica, con la vuelta a los estadios, recitales y boliches; el fin de semana largo con buenos números de turismo; y un esquema de vacunación que ya superó los 55 millones de dosis aplicadas y tiene al 73,3% de las personas mayores de 18 años con ambas dosis, dejaron extemporáneos algunos debates promovidos por Juntos por el Cambio y explotados por medios de comunicación porteños durante la pandemia. Los números en los principales distritos del país dejaron un escenario más que alentador para el Frente Juntos en esta segunda etapa de campaña, con el desafío inicial de arrebatarle el quórum al oficialismo en el Senado y mejorar su posición, ya significativa, en la Cámara de Diputados de la Nación.
Algunas voces opositoras, posteriores a los resultados de las Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias del 12 de septiembre, como el reclamo de María Eugenia Vidal para que la oposición tenga la presidencia de la Cámara Baja, dieron indicios sobre la estrategia más rígida en el Congreso para imponer agenda legislativa. Ejemplo gráfico fue la decisión de Juntos por el Cambio de no dar quórum para la sesión especial del pasado 5 de octubre, en un temario que incluía leyes de Etiquetado Frontal y entornos saludables; de abordaje sobre las personas en situación de calle y de modificaciones previsionales para trabajadoras vitícolas y de la fruta.

Es la economía
Como viene describiendo Punto y Seguido, la columna política de los domingos en LA CALLE, el eje ordenador de las expectativas de los electores es la economía. Las buenas estadísticas sanitarias actuales, la llegada de la temporada alta, y la construcción de nuevas habitualidades que deje atrás las angustias, las pérdidas y los aislamientos de una pandemia que dio vuelta al mundo, requieren de una mejora gradual pero concreta en la economía. La salida al abrazo, al encuentro social, a la reconfiguración de los lazos familiares y afectivos, y al regreso a eventos masivos, tiene como antítesis las consecuencias económicas heredadas, que arrojó nuevamente un incremento en la pobreza y dejó en septiembre un leve aumento de la inflación, sin el shock de ingresos necesario para contrarrestar las subas en la canasta básica. El tire y afloje por estos días entre la Secretaría de Comercio de la Nación y las principales cadenas y empresas formadoras de precios del país, pone en evidencia el escenario actual de descontento del bolsillo trabajador, a meses de fin de año, con una sensación real de pasos dados hacia una sociedad post pandemia pero sin el alivio que acompañe con estabilidad en la llegada a fin de mes y devuelva los sueños de planificación y proyectos de vida a largo plazo.
Por estas horas, los diferentes sectores que componen el Frente de Todos, empiezan a movilizarse con distintas consignas, en una jornada de doble festejo por el Día de la Lealtad, en alusión al 17 de octubre de 1945, cuando una concentración histórica pidió por la liberación del secretario de Trabajo, Juan Domingo Perón, pero también porque se celebra el Día de la Madre. Durante la semana, un sector del Ejecutivo, aconsejado por un asesor español, prefirió no generar actos masivos, aunque las propias bases del peronismo y otras fuerzas de la coalición gobernante desbordaron cualquier decisión previa y terminaron por encender la convocatoria a Plaza de Mayo, que será replicada en todas las plazas de las ciudades principales del país. Un día después, lo hará la Confederación General del Trabajo bajo el lema Desarrollo, Producción y Trabajo, desde la intersección de la Avenida Independencia y Defensa hasta el Monumento al Trabajo.

En el Congreso
El 5 de octubre último iba a sesionar por primera vez la Cámara de Diputados, luego de los resultados del pasado 12 de septiembre. No obstante, pese a tratarse de un temario con nulos niveles de conflictividad, e incluso impulsado por sectores de Juntos por el Cambio, lo cierto es que la principal fuerza de la oposición estrenó el entusiasmo por los números electorales pidiendo un pliego de condiciones de temas que ni siquiera tenían dictamen de comisiones. Pasaron dos semanas para que las negociaciones entre los jefes de los diversos bloques lleguen a un acuerdo, con un temario similar al anterior, que se llevará adelante el próximo martes 26 de octubre. El escenario de disputa de la última sesión fallida anticipa el contexto legislativo de los próximos dos años, con déjà vu de lo ocurrido en 2009, cuando dejaron sin presupuesto al Gobierno nacional un año después.

Por el Litoral
Tras los resultados del 12 de septiembre, la necesidad de reacción del Gobierno nacional en una contienda polarizada no tuvo réplica en la provincia de Entre Ríos. No hubo análisis públicos, modificaciones de Gabinete ni mutaciones en la estrategia proselitista, con el objetivo de provincializar y municipalizar una campaña que no tuvo cambios de ritmo.
A casi un mes de los comicios generales, las recorridas mantienen la lógica previa, con especial énfasis en la figura de Enrique Cresto, tal vez la figura con mayor volumen político de la estrategia oficial y precandidato para la sucesión del sillón de la Casa Gris. La cercanía del 2023, la imposibilidad de reelección de Gustavo Bordet y el cimbronazo de los números de las PASO, dejaron un panorama incierto hacia los comicios generales, sin una conducción y estrategia definida de la campaña. Cresto apuesta a la visibilización de las gestiones mediante el Enohsa, el Ente nacional que administra, sobre temas claves como agua potable, saneamiento, cloacas e infraestructura básica. Los jefes comunales esperan una brújula conceptual y práctica que por ahora no ha llegado y se desvanece en la agenda nacional de temas, muchos de ellos impuestos por las empresas de medios porteñas.
Por su parte, Rogelio Frigerio también repite la fórmula de dar plena centralidad a su figura y de confrontación definida con el kirchnerismo. Sus recorridos intentan cerrar cualquier desconfianza de sectores radicales y aglutinar los votos de las opciones internas, para estirar la diferencia lograda en el cuerpo a cuerpo contra Cresto, que fue de 30.000 votos. Está claro que la contienda competitiva al interior de Juntos por Entre Ríos hizo desplazar votos que en otras elecciones eligieron otras alternativas hacia esta definición opositora. También que la figura de Lucía Varisco aparece como una posibilidad menor para votos con historia e identidad radical que no quieren al ex Ministro del Interior de Mauricio Macri como candidato a la gobernación, desplazando nuevamente al partido centenario.
Ambos candidatos, también con la presencia del gobernador, se cruzaron en un evento generado por la Unión Industrial de Entre Ríos. Aunque enraizado en los desafíos de la provincia, los debates se colaron entre la defensa o crítica de los años kirchneristas, de la gestión de Cambiemos desde 2015, y de los años del peronismo en la provincia.
En simultáneo, como gesto a la platea presencial y virtual, ambos candidatos dieron algunas cosmovisiones generales sobre la economía, la situación fiscal e impositiva, y los horizontes productivos.
El Frente de Todos pone en el centro de las prioridades el propósito de achicar o revertir la distancia de los votos en la provincia de Buenos Aires, tal vez la madre de todas las batallas, por su magnitud y representación de los números finales. La Alianza Juntos, luego de las suturas internas, tiene como finalidad la profundización de los resultados positivos para generar un mapa legislativo similar al visualizado transitoriamente luego de las PASO.
A casi un mes, no parece que los movimientos realizados a nivel nacional tengan repercusión en la estrategia local, donde la campaña mantiene un silencio preocupante, con el condimento que la cuenta regresiva sigue pasando.