1.112.939 entrerrianos se encuentran habilitados para los comicios del próximo 12 de septiembre y del 14 de noviembre. Con la economía, la campaña de vacunación y la gestión sanitaria como ejes significativos, Enrique Cresto y Rogelio Frigerio adelantan una disputa con final abierto. Apuntes sobre las recorridas, fechas, debates, encuestas y escenario de microclima electoral.
Por Mariano Osuna
A tres semanas de la primera votación nacional en pandemia, con el desarrollo de las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO), los frentes electorales aceleran sus campañas y dan precisión a sus discursos, mientras los diversos spots se reproducen en los medios audiovisuales.
El Frente de Todos y Juntos por Entre Rios polarizan una elección nacionalizada, estratégica especialmente en la determinación del quórum y en la composición de la Cámara de Diputados de la Nación. Ese combate entre las listas encabezadas por Cresto y Frigerio, dejan en segundo plano la disputa interna con la nómina de Pedro Galimberti, dentro de la principal alianza opositora. Entre Ríos, que figura como la séptima provincia en cantidad de electores, renueva cinco lugares que actualmente se reparten en tres escaños para Juntos por Entre Ríos, el nuevo sello de Cambiemos, y en dos para el Frente de Todos. Dos de ellos, Carolina Gaillard, en segundo lugar en la lista oficialista, y Atilio Benedetti, en tercera posición en la boleta del ex ministro del Interior de Mauricio Macri, buscan repetir y quedarse nuevamente con las bancas que ocupan. El miércoles pasado fue la fecha final para la realización de actos públicos, mientras que a partir del próximo 4 de septiembre estarán prohibidos las publicaciones y difusiones de encuestas y sondeos, que hoy tienen una diferencia mucho más angosta de las tendencias previas a la confirmación de las candidaturas. Las últimas elecciones han dejado al descubierto el entramado detrás de la realización de encuestas, su capacidad de influencia en la formación de opiniones y su rol de lobby en los últimos días antes de la votación. Algunos pronósticos pasados, muy alejados de la realidad, un fenómeno que no es original en Argentina, dejaron en el desconcierto a propios y extraños sobre el termómetro real de los comicios venideros. Lo cierto es que la distancia entre seis y doce puntos, que se esparcía entre pasillos de microclima hace dos meses, se acortó a una disparidad entre tres y ocho puntos, según quien encargue la encuesta, luego que se conocieran los nombres de cada lista, en línea con un escenario provincial que se sumerge en la polarización nacional pero que además atiende a otros elementos de análisis relacionados a la territorialidad, el nivel de conocimiento, las configuraciones de lo social, la idiosincrasia entrerriana, la conformación de los frentes electorales en la provincia y la historia política entrerriana. El primer criterio que tracciona votos es la economía. El deterioro en los bolsillos en 2018 y 2019, entre la fuga de capitales, la devaluación, el shock inflacionario y el endeudamiento con el Fondo Monetario Internacional, fue profundizado por una pandemia mundial que dejó daños en todas las economías del mundo. Pese a los esfuerzos sanitarios, el diagnóstico inicial sumado al Covid-19 dejó un escenario complejo, donde los principales ejes de la campaña presidencial de 2019, en materia de reconstrucción social, económica y productiva, quedaron desbordados en un complejo contexto, con la necesidad de una intensa gestión sanitaria ante un fenómeno de características peculiares; de esos hechos que pueden contarse en la historia con los dedos de la mano. La vida que queremos, slogan elegido por el frente electoral que conducen Alberto Fernández y Cristina Fernández, marca una dirección conceptual en la búsqueda de un horizonte cercano, muy diferente a lo vivido en los primeros dos años de gestión, en un escenario post pandemia que se acerca por la aceleración de la campaña de vacunación, que hasta el momento de cierre de esta nota lleva 38.683.170 dosis aplicadas. Justamente, la gestión sanitaria, que atraviesa a todas las fuerzas políticas que tienen responsabilidades ejecutivas, pero que descansa especialmente en la figura del Gobierno nacional, será el segundo criterio de votación, atravesado por la evaluación ciudadana sobre la capacidad de sobrellevar la pandemia desde aquella declaración de brote, realizado por la Organización Mundial de Salud, el 11 de marzo de 2020. Ambos ejes también son abordados en el discurso opositor, para realizar las críticas al oficialismo, pero también para despegarse de las políticas aplicadas cuando les tocó ser gobierno nacional entre 2015 y 2019. El endeudamiento, las exportaciones, la hidrovía, los biocombustibles, la generación de trabajo formal y registrado, el impulso a las economías regionales, la situación impositiva y la dinámica del mercado interno, aparecen como factores relevantes en las argumentaciones de ambas coaliciones. El Frente de Todos intenta poner en valor una realidad insoslayable que afirma que la mayoría de los ciudadanos tienen de mínima el 50% de su familia, sus compañeros de trabajo, sus vecinos y sus amigos con una o dos dosis del esquema de vacunación. También revaloriza los esfuerzos del Estado en solventar y auxiliar una red productiva, social, educativa y sanitaria que estaba en emergencia como consecuencia de las definiciones macroeconómicas de Cambiemos y también de algunas deudas estructurales. La oposición, con la ayuda de una usina mediática, financiera y de redes sociales casi uniforme, intenta nublar esa agenda, bajo los fantasmas de autoritarismo y corrupción; una fórmula rendidora en otras épocas pero que no tuvo el efecto esperado en estos últimos tiempos.
Semana de recorridas
Punto y Seguido, la columna política de los domingos de Diario La Calle, viene realizando cada fin de semana un seguimiento de las recorridas y los ejes discursivos de cada frente electoral. La nacionalización de la elección aparece como primer punto de coincidencia en los principales discursos del Frente de Todos y Juntos por Entre Ríos, mientras que el socialismo y el Frente de Izquierda cuestionan ambas experiencias gubernamentales y ponen el acento en las agendas ambientales. La lista que encabeza el intendente de Chajarí, Pedro Galimberti, no omite los cuestionamientos al peronismo gobernante aunque posiciona su discurso en la defensa de las gestiones locales. Lucía Varisco, por su parte, también reparte críticas aunque por segunda semana marcó un discurso encendido contra Rogelio Frigerio, al que trató de visitante en la provincia. Por el oficialismo, el precandidato Enrique Cresto comenzó la semana pasada recorriendo obras en Concordia, donde transita su segundo mandato como intendente, aunque con licencia para su asunción en el Ente Nacional de Obras Hidrícas de Saneamiento (Enohsa). Un día antes, aprovechando el fin de semana, estuvo corriendo en la edición XXI del Maratón del Departamento San Salvador. Con la presencia del gobernador Gustavo Bordet, mucho más activo en la campaña que en las nacionales de 2019, y el resto de los precandidatos, Carolina Gaillard, Tomás Ledesma, Brenda Ulman y Lucas Larrarte, la campaña continuó en Gualeguaychú, donde se destinaron 1300 millones de pesos en obras para la ciudad gobernada por Martín Piaggio, otro de los anotados en la sucesión del sillón de la Casa Gris en 2023, y se definieron inversiones para Federal, Villaguay, Bovril, Rosario del Tala, San Salvador, Irazusta, Larroque y Urdinarrain. El mismo esquema, con la participación del Mandatario entrerriano o la Vicegobernadora Laura Stratta, legisladores provinciales y jefes comunales, se realizó en las recorridas por Gualeguay, San José y Federación; la primera localidad con un contexto esquivo para el peronismo desde 2015, mientras que las últimas dos se transformaron en territorios recuperados por el peronismo con Gustavo Bastian y Ricardo Bravo, luego de largos períodos del vecinalismo y el radicalismo, respectivamente. En Juntos por Entre Ríos, que tiene tres listas internas hacia las PASO, la novedad no pasa por el escenario competitivo puertas adentro, sino por las esperanzas puestas en el arrastre de Rogelio Frigerio, ex ministro del Interior de Mauricio Macri. Las batallas de prime time que se visualizan en provincia de Buenos Aires, Córdoba o Santa Fe, no tienen el mismo correlato estelar en Entre Ríos. Ninguna encuesta, propia o ajena, da oportunidades a “Entre Ríos Cambia”, la lista más filo radical, ni siquiera aparece en la competencia por el expectante 25% que pondría por la minoría a Galimberti en lugar de Benedetti en la lista final hacia los comicios generales del 14 de noviembre. Aunque utópico, la fotografía de inclusión de una minoría sería un hecho político al interior de un radicalismo más que disperso. La semana del ex funcionario nacional comenzó en los festejos por el día de las infancias en Villa Paranacito, un territorio que lo tiene como local, pero con cierta hostilidad, casi paradójicamente. Continuó en visitas a cooperativas agropecuarias en Lucas González, a emprendimientos de reciclaje y una escuela agrotécnica en Nogoyá, a empresas del parque industrial y asociaciones de personas con discapacidad en Rosario Del Tala, y a iniciativas turísticas de Basavilbaso. Por su parte, el precandidato Pedro Galimberti volvió a hacer hincapié en las obras y los programas locales de su gestión, aunque a diferencia de las dos semanas anteriores se movió fuera de su nido, con recorridas por las localidades de San Jaime y Los Conquistadores, del norte entrerriano, y con encuentros en Villa Elisa, San José y Colón, con la compañía de quienes lo secundan en la boleta, la concordiense Mariana Salinas y el intendente de Crespo Darío Schneider. En la Capital del Citrus, el actual Intendente de Chajarí, participó de una actividad del movimiento de mujeres de su coalición, y mantuvo una charla con militantes en Viale, con la presencia de otros intendentes de la costa del Paraná, entre ellos el anfitrión Carlos Weiss.Este sábado se dio un hecho inédito de la vorágine proselitista en Maciá, departamento Tala, donde los precandidatos Enrique Cresto y Rogelio Frigerio coincidieron en su agenda de campaña. “Entre Ríos necesita menos confrontación y más debate, menos golpes bajos y más diálogo. Este es el camino del Frente de Todos”, afirmó el precandidato oficialista luego del saludo y encuentro por las recorridas.
Primer debate en la provincia
El miércoles pasado se efectuó, en las instalaciones del Honorable Concejo Deliberante de Concepción del Uruguay, el primer debate de campaña en Entre Ríos para las elecciones de 2021. La convocatoria, organizada por la Multisectorial por la Paridad de La Histórica, estuvo centrada en exposiciones de candidatas mujeres, donde se debatieron temas que atraviesan a la economía, el medioambiente, la agenda legislativa y la igualdad de géneros. Cuatro años antes, también en la ciudad cabecera departamental, se organizó un debate de similares características, protagonizado por las mujeres con expectativas de representación popular. Durante esta segunda instancia, surgida desde la Mesa de Mujeres que se encuentra conformada por referentes de distintos partidos, sindicatos, organizaciones sociales y clubes, las cinco precandidatas se comprometieron a volver a participar de otro debate luego de las elecciones Primarias, ya en la cuenta regresiva hacia los comicios generales de noviembre. Participaron de la jornada las precandidatas Natalia Noacco, que compite en segundo lugar en la lista Podemos, una de las opciones del frente electoral socialista; Miriam Müller, que encabeza la boleta de Entrerrianos por la Vida, el Trabajo y la Libertad, la expresión del conservador partido NOS; Carolina Gaillard, que va en segunda posición en la nómina del Frente de Todos; Mariana Salinas, que también secunda la lista de Entre Ríos Cambia dentro de Juntos por Entre Ríos; y Nadia Burgos, del Movimiento Socialista de los Trabajadores, que encabeza la boleta del Frente de Izquierda-Unidad. Un detalle no menor es que tanto Marcela Ántola, que va segunda en la boleta Juntos, dentro de Juntos por Entre Ríos, como Lucía Varisco, que es cabeza de lista de Adelante Entre Ríos, por el Partido FE, habían confirmado su asistencia hasta el lunes inclusive, pero el martes a última hora decidieron bajarse de la convocatoria. Lo propio hizo Graciela Brafa, de Juntos Somos Más, la otra opción de la interna socialista, que con certificado médico rechazó la invitación. El dato, también relevante, muestra la capacidad de las mujeres en generar un hecho político, con agenda propia, sobre el debate y la campaña electoral, algo que no han podido lograr los varones de las distintas fuerzas políticas.
En cuenta regresiva
127 bancas se renuevan en la Cámara de Diputados y 24 escaños en el Senado de la Nación, con la principal atracción que en la Cámara Baja no hay quórum propio para avanzar en la agenda del oficialismo. Para el Frente de Todos de Entre Ríos no es menor la elección, hacia la confirmación del rumbo nacional pero también en allanar el camino hacia los comicios de 2023. Un triunfo permite además la llegada de Tomás Ledesma al Congreso, un joven de Paraná que milita en La Cámpora y cumple funciones como subsecretario de Relaciones Municipales de la Nación, dependiente del Ministerio del Interior. Por su parte, en Juntos, más allá del escenario nacional, donde la coalición opositora busca consolidar referencias y conducciones, el objetivo es una victoria en la provincia que facilite los sueños de gobernación en un territorio que se convirtió en un bastión peronista. Si no gana, Atilio Benedetti, tal vez la referencia electoral más competitiva de los últimos diez años del radicalismo, quedaría fuera del Congreso, dejando en un plano más que secundario al histórico partido centenario. Las cartas están puestas sobre la mesa, y es el electorado que, atravesado por los factores económicos y sanitarios, dará su veredicto sobre la representación entrerriana, las aspiraciones legítimas y la configuración legislativa en los próximos dos años de gobierno de Alberto Fernández.










