A veces el cielo replica su color en la tierra. No por obra del hombre ( que solo sabe crear cemento, arrancar los árboles amados, destruir los rosales y ahuyentar a los pájaros), sino a través de la naturaleza.
Digo esto porque un pedazo de cielo ha bajado a mi calle. Un añoso jacarandá ha derramado su color sobre el polvo.
Clelia Vallejo