Por David Bueno
A algunas personas les genera un extraño miedo el vocablo biotecnología. Es una palabra compuesta, formada por el prefijo bio, que significa “vida”, y la palabra tecnología, que se usa para definir el “conjunto de teorías y de técnicas que permiten el aprovechamiento práctico del conocimiento científico”. Y no deja de ser curioso, porque en general el prefijo bio suele despertar las más entrañables simpatías, como también sucede con eco. También se percibe razonablemente bien la palabra tecnología, puesto que usamos productos de origen tecnológico constantemente, en todos los aspectos de nuestra vida. La mayoría de la población manifiesta una percepción mayoritariamente positiva para con la ciencia, que asocian a una visión positiva del avance humano, pero al mismo tiempo se suelen subrayar los efectos negativos que puede suponer un uso inadecuado de los conocimientos científicos y, muy en particular, de sus aplicaciones tecnológicas. Resumiendo: en general la tecnología suena bien, pero en algunas ocasiones no tanto. Un ejemplo lo tenemos en los motores de búsqueda en internet, tan útiles para encontrar información pero que al mismo permiten conocer y almacenar los gustos, necesidades y costumbres de los usuarios.
¿Y la palabra biotecnología? Bueno, en general, la percepción no es tan positiva como cabría esperar atendiendo a los beneficios que reporta. Los motivos son, sin duda, múltiples; desde el desconocimiento de lo que significa y aporta a nuestra calidad de vida, hasta las completamente erróneas analogías que hay quien establece con la crisis ambiental, la aparición de nuevas enfermedades y hasta virus súper contagiosos de lo que tanto se habla hoy día.
El problema de fondo es que la desconfianza se genera con mucha facilidad, y es difícil disiparla. Podría decir que se hace necesario un gran y buen trabajo de divulgación, pero mi experiencia como divulgador es que, por algún motivo, su capacidad de penetración social es más bien limitada. En este sentido, cabe tener en cuenta el efecto negativo de los mensajes tranquilizadores y relativizadores, que a menudo incrementan la percepción de engaño. Sea como fuere, todo indica que la biotecnología crece y se expande con fuerza, a pesar de la percepción que se pueda tener.