El río Paraná continúa descendiendo su altura en varios puertos de Entre Ríos desde mediados de junio, se mantiene muy por debajo de sus niveles normales y de los límites de aguas bajas desde principios del 2020, y el Instituto Nacional del Agua afirmó que esa situación permanecerá al menos hasta el último bimestre del 2022.
De características extraordinarias por su «magnitud y persistencia», la bajante fue calificada como el estiaje «más largo de la historia» y «seguirá siendo motivo de especial monitoreo» advirtió el INA. Si bien podrían darse lapsos con una recuperación «acotada y efímera», hasta al menos el 31 de octubre del 2022 no se espera un «rápido retorno a la normalidad, con probabilidad de extenderse durante el último bimestre del año».
El secretario de Agricultura y Ganadería de Entre Ríos, Lucio Amavet, afirmó que la bajante «impactó fuertemente en acopiadores, fileteadores, transportistas y más de 3.000 familias de pescadores». Las barcazas comerciales «tuvieron que adecuarse a transportar mucha menor cantidad», lo que ralentizó la navegación y «ha encarecido enormemente el transporte fluvial», agregó.