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Concepción del Uruguay
domingo, junio 16, 2024

Jugar con lo ajeno

Por Pedro Peretti

Los esfuerzos del Gobierno para lograr que los grandes productores y acopiadores liquiden la soja que guardan para presionar una devaluación parecen siempre insuficientes para la Mesa de Enlace. Los anuncios oficiales de un “dólar soja” más conveniente no los conforma, entonces, esperan una nueva resolución todavía más favorables para sus apetencias que ese 15% extra ofrecido, y vuelven a oponerse. Especulan y juegan con que las autoridades anuncien otras medidas a las que también terminarán rechazando. Ahora se niegan a vender aguardando la palabra de Sergio Massa que anticipó que el martes habrá anuncios para ellos cuando se reúnan, llamativamente, en Las Heras y no en el Ministerio de Agricultura. Habitualmente, la mayoría de los productores, sobre todos los pequeños, cuando termina la cosecha se liquidan los granos para pagar la trilla, los agroquímicos y los fertilizantes, entre otros gastos, dejando una porción que se prorratea en los meses sucesivos de acuerdo a las distintas realidades individuales. Lo que ha traído la silobolsa como elemento de innovación es que los exportadores pueden guardar en ellas hasta un año y en óptimas condiciones los granos. Es una gran solución tecnológica para el acopio, de relativo bajo costo y de fácil y económica instalación. El problema es que los grandes grupos exportadores los han transformados en cajas de seguridad porque operan como bancos, jugando financieramente con el cereal que no es de ellos. Porque el productor le entrega, por ejemplo, a Cargill, “a fijar”, es decir la compañía acopia el cereal hasta que el productor le pide que lo venda. Pero mientras tanto, las compañías hacen una gran diferencia con esos activos. Históricamente se han fundido empresas cerealistas que han usado los granos de los colonos a su antojo, dejando un tendal de damnificados. Hay historias muy recientes de este manejo cuasi bancario e ilegal, como Vicentín, que vendía lo que no era suyo y hacía una colocación financiera para sí misma. El Gobierno debería prohibir la venta directa de los productores a los exportadores, porque eso les da una posición de monopolio. Argentina es el único caso en el mundo en el que la firma que exporta, también acopia y hasta siembra. Una posibilidad para no ser rehenes de estas compañías, que fijan el tipo de cambio y hacen lo que quieren con el país, sería regular las tarifas de navegación de la hidrovía.

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