El presidente de Granja Tres Arroyos, Joaquín De Grazia, reveló en una extensa entrevista a Hugo Barreto, en el programa Las cosas por su nombre, la compleja situación que atraviesa la planta La China, donde un conflicto laboral tiene paralizada la faena avícola.
La empresa, que emplea a 6.500 personas en Argentina, busca reducir beneficios salariales que representan un 21% adicional sobre el convenio: un plus del 9% y un presentismo del 12%. La propuesta empresarial, ya aceptada por otras plantas del grupo, incluye eliminar el plus del 9% (compensando a los trabajadores con una indemnización) y reducir el presentismo al 10%.
El único sindicato que rechaza el acuerdo es la Seccional de Alimentación de Concepción del Uruguay, mientras que otras plantas, incluso bajo el mismo gremio, ya han aceptado el procedimiento preventivo de crisis.
Según De Grazia, un empleado que ingresa a la planta La China percibe un salario bruto de $1.650.000, llegando a un promedio de $2.000.000 para trabajadores con antigüedad. La firma señala que estos son los salarios más altos del sector avícola en Argentina.
El empresario manifestó preocupación por el alto nivel de ausentismo en la planta (11-14% diario) y una elevada tasa de accidentes laborales que ha llevado a que la ART cobre 7,3% sobre la masa salarial, mientras otras plantas pagan 4%.
La situación se agravó cuando trabajadores dejaron sin procesar pollos faenados, lo que llevó al cierre temporal de la planta. La empresa advierte que ya no cuenta con 180.000 pollos diarios para mantener dos turnos de trabajo, lo que podría afectar a parte de los 900 empleados actuales.
El próximo lunes habrá una reunión definitoria en el Ministerio de Trabajo de la Nación. Entre las alternativas que se manejan están el retiro voluntario -que según el sindicato podría interesar a 200 trabajadores- y la reducción a un turno de producción de 100.000 pollos.
«No tengo decidido el cierre de la planta por un capricho. Simplemente digo, la planta se va a tener que adaptar a lo que pueda ser en condiciones normales con la gente que corresponda», afirmó De Grazia, quien aseguró que continuará trabajando para resolver la situación
A continuación se comparten las declaraciones vertidas durante la entrevista.
– No todo el mundo sabe qué es Granja Tres Arroyos, la dimensión que ha tomado en este sentido. ¿Cuántas plantas tiene y cuántos empleados tiene hoy en total la empresa?
-Me costó mucho dar esta entrevista, pero bueno, pero ha llegado el momento de hablar y espero sirva para aclarar los puntos que sean necesarios aclarar. Respecto de nuestra empresa, tenemos siete plantas de faena en Argentina y una en Uruguay. Cuando hablo de una planta de faena, también hay una de incubación atrás, una fábrica de alimento balanceado y un entramado de granjas que crían para esa producción que debe ser faenada en esas plantas. Hay una cerrada hoy, por un montón de motivos, que es la que estaba en Tristán Suárez, en la provincia de Buenos Aires. Está enclavada en una zona de mucha población, pero más allá de eso no teníamos capacidad suficiente de producción como para que esa planta pudiera trabajar. Ofrecimos un sistema de retiro voluntario, al que personas se plegaron y al resto lo pasamos a otra planta.
– ¿Ésa era Cresta Roja?
-Esas eran las dos plantas de Cresta Roja y ahora hay una sola en operaciones. El resto es la nave insignia, como denominé en su momento, donde nacimos luego de una amplia trayectoria con otra empresa. Nacimos como Granja de Tres Arroyos, que es La China. Después tenemos Súper, para nombrarlas en el orden de la localización geográfica. Tenemos, después, en provincia de Buenos Aires, una planta en Capitán Sarmiento, otra planta en Pilar y otra en Río Cuarto, Córdoba. Las dos que nombré antes son las de Cresta Roja. Tenemos otra de fiambres y un criadero de cerdos y una planta de productos deshidratados y una línea genética. Eso es todo.
-¿Qué implica darle trabajo a cuántas personas?
-Éramos 7.000, ahora somos 6.800, incluyendo Uruguay, que son 300 personas. Así que 6.500 en Argentina en relación de dependencia directa. Agregue a eso el impacto que puede tener cuando la multiplica, por lo que quiera multiplicarlo, más los indirectos. En este sector son muchos.
– Eso es directo. Están después los granjeros y todo lo demás.
-Por supuesto. Hay camioneros, distribuidores de todo tipo de productos, distribución de alimentos balanceados, vacunadores, etcétera. Mucha gente.
-¿Cuántos gremios están bajo convenios laborales con la empresa?
-Cinco.
– ¿Cuáles son?
-Son la Federación de Industria de la Alimentación, la de la Carne, en orden de cantidad de trabajadores; la Unión Argentina de Trabajadores Rurales y Estibadores (Uatre), son rurales y estibadores; la Unión Obrero Molinera Argentina (UOMA), que son los molineros; y Comercio, que es el personal administrativo, y algo de Camioneros, muy poco.
-Bien, ésos son los gremios que se manejan dentro de sus empresas.
-Correcto, con los que tenemos que negociar permanentemente condiciones.
– Hoy por hoy, ¿con cuántos de esos gremios hay conflictos?
-Ni siquiera con un gremio. Estamos con un apéndice del gremio, del sindicato, de la Federación de Trabajadores de la Industria de la Alimentación, que es la que está conducida por el secretario general de la Alimentación de Concepción del Uruguay. Afortunadamente es el único conflicto que tenemos.
– En los otros frigoríficos que nombró, en las distintas plantas, ¿está también el Sindicato de la Alimentación’?
-En tres de ellos, sí, en dos no.
-Entonces, ¿quiere decir que el único conflicto que tiene es acá en Concepción del Uruguay?
– Así es.
– ¿Por qué?
-Porque buscamos, como empresa, la competitividad necesaria para ser justamente uno de los actores más importantes del negocio avícola en la República Argentina, y en la comprensión que todos entienden que nuestra empresa, la única, paga 21% más de salario que cualquier competidor, dividido entre el 9%, por plus salarial; y 12%, por presentismo. Hemos iniciado un procedimiento que, luego, el Estado, con buen criterio, dijo, los voy a poner bajo un paraguas de negociación para que no haya medidas y se afecte la calidad y la continuidad del trabajo, que se llama procedimiento preventivo de crisis. Hemos propuesto una disminución de ese 9% que, repito, nadie paga, y también del presentismo, que en ningún lugar es tan desaprovechado como en Concepción del Uruguay, si quiere después entramos en ese tema. Entonces, todos aprobaron ese procedimiento. En el preventivo de crisis, la reducción del 9%, que entiendo perfectamente es un derecho adquirido. Pero, por eso ese derecho, lo compramos, ¿cómo? indemnizándole a la persona que tiene 10 años de antigüedad, 11 para decir, el 9,9% equivale a un salario. Y ese salario adicional se lo pagamos para comprar ese derecho. No lo pedimos regalado y, a partir de acá, no pagamos más el 9% y el 12%; quedó reducido a un 10% sobre el sueldo básico, todo eso, que le digo, fue con el Sindicato de la Alimentación, porque en la Carne el presentismo está incluido dentro del convenio. Por lo tanto, lo pagamos todos los que estamos, las plantas que están bajo el convenio de la Carne, pero en la de la Alimentación no existe el presentismo y Granja Tres Arroyos hace muchos años intentó reducir el presentismo a través de un premio por ese presente, reducir el ausentismo a través de un premio por el presentismo. No sé quedó claro. Las otras plantas lo aceptaron y se firmó el procedimiento preventivo de crisis, excepto el Sindicato de la Alimentación de Concepción del Uruguay, inclusive, actuando en contra de la dirigencia nacional, que entendió que era razonable la postura.
-O sea, usted me dice que Klenner, el Sindicato, el gremialista de Concepción del Uruguay, no está escuchando a su Federación, que sí arregló con usted a nivel nacional.
-Si la escucha o no, no lo sé, pero, por lo menos, la decisión es distinta. Entonces, yo diría que, por ahí, escucha, pero no hace lo que ha hecho la Federación de Trabajadores de la Industria de la Alimentación de la República Argentina. Y la de Concepción del Uruguay decidió tomar un camino distinto, que es el de la confrontación como la estamos viviendo.
-Lo concreto de la empresa es que ese 9% no se lo van a pagar, pero a aquéllos que tienen 10 años de antigüedad, 11, le van a dar un sueldo más.
-No, a todos, a todos, a todos por la antigüedad que tengan, se les indemniza el 9%, ese derecho que han gozado durante tantos años. Entonces, se le da: una persona de 10 años tendrá un sueldo a disposición, a la que se le va a pagar en tres o cuatro cuotas, para que vaya siendo, como digamos, un acostumbramiento suave, ese 9% desaparece de su recibo.
-¡Y del 12 queda el 10?
-El 12 queda el 10 sobre el salario básico, sí. Eso es lo que no acepta Concepción. Ése es el acuerdo al que se llegó, en base al procedimiento preventivo de crisis. Le puedo asegurar que lo que ha pasado en Concepción del Uruguay, en la planta La China, en pérdida económica, ya supera ampliamente cualquier cálculo que uno quiera hacer.
-Este procedimiento preventivo de crisis, se debe a que ustedes necesitan, en planta La China, reducir ese 21. ¿Esto es así?
– Sí, correcto. No en planta La China, en todas las que estaban bajo el régimen del convenio de la Alimentación.
– ¿Sus colegas ese 21 no lo pagan?
-No, no, no. Esto es un sobresueldo que estoicamente pagó Granja Tres Arroyos durante su existencia. Es un sobresueldo respecto del convenio. Mis colegas de la alimentación no lo pagan y los que están con plantas en la Federación de la Carne lo tienen incluido dentro del salario y toman el salario que sale del Sindicato de la Carne, que no es el motivo de esta conversación. Pero el sueldo más alto del país en plantas de faena, habiendo 50 plantas en la República Argentina, es el que se paga en Granja Tres Arroyos y ahora es el que pretende que únicamente le quede a la planta La China. Ésa es la verdad absoluta y renunciable desde mi punto de vista a una defensa que debería haber sido escuchada sin el dramatismo que se le quiso dar por cuestiones que desconozco.
– ¿Está vendiendo menos pollos?
-No, estamos vendiendo la misma cantidad de pollos a los precios que el mercado indica. Por supuesto, ahora estamos produciendo mucho menos en la zona de Concepción del Uruguay, en Entre Ríos, por todas estas cuestiones que han mellado la confianza de nosotros como empresarios en lo que es después una planta que tiene que faenarlo en forma eficiente, en forma sanitariamente adecuada y con previsibilidad. Es una planta hermosa, es una que se le ha puesto todo lo que había que ponerle y que es un pecado verla parada.
– Y aparte, como dijo usted, la nave insignia. Acá nació todo.
-Sí, ahí nació, pero las naves se cambian, lamentablemente.
– Si usted me dice que no está vendiendo menos. Es una decisión empresaria el no pagar más este 12,9% por una cuestión de que quieren mejorar la rentabilidad, mantener la rentabilidad? ¿Por qué se decidió no pagar este premio?
-Yo tengo la obligación de explicárselo. Vender no quiere decir ganar, ¿Entendido? Se está vendiendo al precio que el mercado indica que se puede vender. A ese mismo precio, quien no tiene esta carga adicional salarial, que va al costo del producto, puede vender, ganar, reinvertir. Y nosotros no. Entonces, simplemente se trata de adecuar en todo el ámbito de la empresa los costos para ser competitivos, porque es muy difícil ser una empresa tan grande en Argentina y nosotros estamos justamente dándonos cuenta de que necesitamos hacer un ajuste en todos nuestros costos. Entonces, si todos mis colegas pagan menos salarios, es una de las patas más visibles del costo de un producto. Entonces, ni siquiera dijimos vamos al salario que paga mi competidor, mantenemos el presentismo, les pagamos el 9%, el derecho a ese 9% por lo anterior, pero, a partir de acá, muchachos, guardemos el trabajo de todos, cuidemos el trabajo de todos para adelante, porque, así como estamos, no nos va a ir bien. En una reunión, y lo tengo bien claro, el señor Klenner me dijo, Joaquín, usted es el capitán del barco. Cuando nos dijo hay que bajar el salario, lo hicimos. Él no era nada, no era ni siquiera delegado en ese momento y después salimos adelante. Soy el capitán de un barco, como él me dice, pero resulta que las órdenes las quiere dar el marinero, bueno, estamos mal.
– Sus colegas, ¿también están bajo el régimen del Sindicato de Alimentación?
-Algunos, muy pocos, por ejemplo, Súper, no. Bueno, mis colegas de Entre Ríos, muy pocos, somos dos o tres que estamos bajo el régimen de la Alimentación y esto viene de una historia de los años 60, donde Cargill generó la idea de que había que armar otro sindicato, porque le parecía que la Carne, en ese momento, no era el sindicato adecuado y, bueno, yo lo heredé.
-¿Durante cuántos años Granja Tres Arroyos recibió ayuda del Estado nacional por compensaciones o por subsidios?
-Nunca la recibió en forma exclusiva Granja Tres Arroyos. No, el sector avícola, Cuando hubo subsidios los hubo para el sector avícola, en función de alguna política nacional, a todos por igual y, en función de la cantidad de compra de maíz y de soja que teníamos declaradas, y recibíamos un porcentaje de esa, contra una contrapartida, que era no aumentar los precios. Era gratuito. Pero a ustedes le venden al supermercado a este precio que yo digo, y yo les compenso el maíz y la soja, que usan para esos pollos, para el supermercado. Eso lo usó el gobierno como herramienta y nosotros fuimos parte de ese engranaje, como todo el sector avícola, como todas las empresas que hacen pollos en la Argentina.
– Reformulo la pregunta, no quise decir exclusivamente Granja Tres Arroyos, sino el sector avícola.
-Fueron dos o tres años lo que duró el sistema. Después, cuando exportamos a Venezuela, cada uno exportó lo que quiso y lo que pudo. Y nosotros fuimos los líderes en la exportación, porque somos una empresa que trabaja muy ligada a la exportación. Así que no hay ningún suicidio. Al contrario, ahí pagamos impuestos para exportar.
– Otra de las cosas que se habla es que esta situación en la que está hoy por hoy la empresa y las decisiones que va a tomar el directorio, es que se quiere ir a la precarización laboral: echar gente para ir a contratos temporarios.
-Los contratos temporarios no los tengo ni siquiera mencionados por nadie de mi directorio. No sé a qué se pueden referir. La precarización laboral es una palabrita que, por ahí, está de moda en boca de alguno, la he escuchado en la reunión que han tenido, inclusive, con el Intendente, que hace su máximo esfuerzo para ver a dónde se puede llegar con esto. Pero la verdad que no forma parte de nuestra idiosincrasia, ni de nuestra manera de hacer empresa. Y le voy a decir esto: A usted le parece que aplicando el descuento del 9% y el presentismo del 12 al 10 sobre el salario básico, el sueldo promedio del jornalizado, cuando buscamos la primera quincena de enero y la segunda quincena de enero, pues de dos millones de pesos bruto. A eso le llaman precarización laboral. Hay que cuidar las palabras, hay que cuidar las palabras y ser responsable con lo que se habla. Yo todo lo que le voy a decir acá va a ser verdad. Todo, absolutamente todo. Los demás, matices de alguno que dice o que hace, bueno, que lo demuestre.
– Repítame la cifra que gana un empleado de la planta La China con el descuento que no cobre más al 9 y que de ese presentismo en vez del 12 va a ser el 10. ¿Cuánto cobraría mensualmente uno que recién entra a trabajar en el frigorífico?
-Un millón seiscientos cincuenta mil pesos bruto, recién entrado a trabajar sin antigüedad. Después el convenio tiene un premio por antigüedad, que es del 1% por los primeros años, después pasa al uno y medio por ciento, o sea que se espiraliza de una manera en que el promedio de los trabajadores de La China da lo que yo le digo, dos millones.
– Claro, porque ahí tiene trabajadores de veinte o treinta años, o sea, hay gente que trabaja ahí.
-Sí, correcto, correcto. Hay trabajadores que tienen 30 años de antigüedad, hay otros que se pueden jubilar en forma anticipada por las tareas que se desarrollan, sí, sí. Estoy hablando de un millón seiscientos cincuenta, bruto,, que sea claro, no estoy diciendo neto, y eso es lo que cobra un trabajador que recién empieza a trabajar en planta La China en categoría 2. Claro- Hay que ver cuánto le queda, los descuentos son 17% de ley, punto. Después hay descuentos por mercadería, farmacia y anticipo que pueden haber pedido. Eso no forma parte de esta conversación.
– ¿El Intendente qué puede resolver en esto?
– Le toca sufrir como a mí, porque se quiere que la empresa tenga dos mil trabajadores y no 900, como se aspiró en algún momento. En algún momento la planta se iba a duplicar. Bueno, tuvimos que decidir que no, por un montón de motivos.
-¿Qué pasa con el presentismo?
– El presentismo de 12% que establecimos en algún momento con mi hermano, cuando estaba en vida, fue un incentivo para que la gente viniera a trabajar, porque había un ausentismo creciente. Empezamos con 6%, después, por tires y aflojes, como son siempre las negociaciones, la inflación tapa todo, entonces llegamos a tener un 12%, que es una barbaridad. Pero eso es para evitar el ausentismo. En las plantas de Buenos Aires, en lugares también de mucha población, el ausentismo es del 3%. En Concepción del Uruguay, el ausentismo está entre el 11% y el 14%. ¿Me entendió? De 11 a 14% diario. La única planta que tengo el ausentismo diario es la China. Usted me podrá explicar por qué, porque yo no lo puedo entender. Además de eso, está el tema de accidentología, que se ha hecho algo místico. Hay gente que se lastima a propósito para que la ART les pague la indemnización de un dedo quebrado. Y la ART se supone que les paga a ellos y no me lo cobra a mí. La planta La China es la más cara para tributar a la aseguradora de riego del trabajo, el 7,3% sobre la masa salarial. La Córdoba tiene el 4%, como la tienen muchos de mis colegas, 4 a 4,5%. ¿Por qué? Porque tiene que asistir con un montón de pagos que son devoluciones de accidentes, en la mayoría de los casos: me lo animo a decir, y me juego con esto, son autoinfligidos. Eso es un tema social para estudiar.
– Yo pensé que eso era un mito ciudadano, que se quebraban los dedos a propósito.
-Sí, no es un mito y lo hemos comprobado hace 15 años en algún momento. La ART está haciendo una investigación por cinco casos que aparecieron ahora, todos juntos, en estos episodios que estamos viviendo.
– ¿En este tiempo de conflicto?
-En este tiempo, en esta semana, le diría, hace una semana. Cinco casos.
-Esta cuestión de la presencialidad, del presentismo, que Concepción del Uruguay, que de todas las plantas que tiene usted, es donde más se falta.
-Así es.
– Y eso que pagan presentismo, eso lo pagan religiosamente, ¿va dentro del sueldo?
-Pagamos presentismo, va dentro del sueldo y además la ART después lo sigue pagando por cuestiones de legislación, de cómo se maneja el recibo, cuando usted pasa después de los diez días, le pasa la ART, ella toma un promedio anterior y, entonces, en función de eso, no le afecta al pagador.
-Es día de pago de quincena, ¿puede ser?
-Sí.
– ¿Y qué va a pasar con eso? ¿Se va a pagar o no?
-Sí, se pagará en la medida, de la forma en que podamos. La planta no produjo nada en esa quincena, porque tuvimos más días de inactividad y de productos no terminados. Si quiere después le explico por qué cerramos la planta.
-¿Cuántos empleados me dijo que tiene La China?
-Tiene quincenales cerca de 900.
– ¿Y qué hay de cierto de que quiere despedir a 400?
-No. El lunes será la última reunión que se hará en Trabajo de la Nación y de ahí surgirá la decisión final. Ya no tenemos 180.000 pollos para darles por día a la planta La China. Ya no lo tenemos, así que no va a ser sencilla la solución.
– ¿Qué significa eso?
-Significa que no tengo pollos para los dos turnos.
– Entonces, ¿o suspensión o despido?
– Habrá que tomar un período de recapacitación de todo el mundo. Hay otras alternativas como retiro voluntario. Me dice el propio sindicato que hay más de 200 personas que aceptarían un retiro voluntario. No tiene por qué ser suspensión o despido.
– La planta de incubación de Becar, ¿está paralizada también?
– Sí, correcto.
– ¿Tiene que ver con este conflicto?
-Sí. Esa gente se va a asignar, son todos del Sindicato de la Carne y esa gente va a trabajar en la planta en la medida de que quiera o le ofreceremos alguna forma de retiro, ya veremos. No está paralizada, todavía tiene nacimientos. Estamos sacando justamente produciendo menos.
– La situación con los granjeros, me imagino, también debe estar detrás de esto, ¿no? Supongo que lo deben estar llamando.
-Ése es otro de los grandes temas, y lo hemos hablado muchas veces. El sindicato que maneja, sea cual sea, las plantas frigoríficas, cree que son los únicos actores de este enorme engranaje que representa la avicultura. Pero cuando ellos no faenan un pollo, y éstos se mueren, se mueren en la granja, en el transporte, quedan arriba de los camiones, están arriesgando el trabajo de un montón de gente que es tan trabajadora como ellos. Y creen que no existe, que lo único que existe es la planta y ésta es el último eslabón de ese engranaje. Pero hay plantas de incubación, gente que fabrica alimento balanceado, que carga las aves vivas, que las cría con sus propios empleados. O sea, que es todo un engranaje que termina en la planta de faena y pareciera que son los dueños del trabajo de todos los demás cuando no hacen las cosas que tienen que hacer. Y es muy fácil apretar a una empresa avícola, porque los pollos se mueren. Entonces ahora, como hay una legislación con bienestar animal y etcétera, han cambiado las modalidades. Entonces hacen lo que nos hicieron esta semana, que motivó el cierre de la planta. Faenan los pollos y. después, no los envasan, Tuvimos que parar la planta y con personal jerárquico, con capataces y gente de buena voluntad, que quiso colaborar, empezamos a desagotar esos pollos que dejaron sin procesar. ¿Qué quiere decir sin procesar? No los envasaron, no los trozaron, no pudimos fabricar supremas, cuartos traseros, alas, ni para el mercado interno, ni para la exportación. Y quedó todo en cámaras frigoríficas, por supuesto. Estamos hablando de alimento, nuestro logo, nuestros carteles dicen producir alimento como si lo fuera a consumir su hijo. Son muchas las cosas para decir. Después me dicen que no hemos respetado la conciliación. Si eso es lo que pasó para que tuviéramos que parar la planta para poder acomodar toda esta producción que no hicieron, pululando, caminando, contentos, tranquilos. Hay mucho para hablar y tendrán que ver ellos mismos. La gente, la mayoría es buena, entiende. La mayoría quiere trabajar; la minoría condiciona a quien tendría que ser el líder.
– Me quedé pensando en esto de la actitud que hubo dentro de la planta para dejar de procesar un producto alimenticio.
– Todo documentado.
– ¿Ése fue el punto para que ustedes decidieran no faenar y cerrar la planta?
-Por supuesto. Justamente ése fue el punto. Tengo los vídeos, las certificaciones de escribano, entonces, para faenar un pollo se necesita menos cantidad de personal que para las tareas posteriores; no, las tareas posteriores, que son el trozado, tiene un trabajo agregado mucho mayor. Eso no se hizo, entonces se amontonaron los pollos y quedaron ahí.
-¿En todas las otras plantas de granja de desarrollo se trabaja normalmente?
-Absolutamente normal, porque hemos llegado a un entendimiento y agradezco a todas las autoridades que han colaborado para que así fuera. La única planta que tiene un conflicto en este momento es La China y ninguna más.
-Está dispuesto a ceder algo para irse contento a la casa, porque todos estamos preocupados por la situación de Granja Tres Arroyo, por el impacto económico que le ocasionaría a una ciudad como la nuestra. ¿Está dispuesto a negociar algo o esto es firme?
-En lo que hemos firmado con las otras plantas, no voy a poner mi firma en algo diferente a lo que aceptaron 3.000 trabajadores, porque no ve 100, ni siquiera 3.000, 4.000, porque hasta las empresas, las plantas de la Carne han aceptado el procedimiento preventivo de crisis y la firma del acuerdo de procedimiento de crisis. Ninguno quiso salir en los diarios como un héroe ni pararse en una camioneta y decir un discurso. No lo hicieron como tenían que hacerlo, como sindicalistas responsables de mantener ¿qué?, ¿cuál es? La primera pregunta que nos hicimos fue: quiero mantener la fuente de trabajo, yo también, quiere decir que ya estamos de acuerdo, no tenemos más nada que discutir, porque todos queremos mantener la fuente de trabajo, o yo llegué de 100 personas que había en La China cuando llegué en el año 85, 100 personas, ¿Sabe con qué me recibieron? Con una olla popular, porque no sabían quiénes éramos nosotros y el que se iba era Cargill, quedaron 87, 13 decidieron irse con Cargill, volvió la mayoría- Volvieron, porque se fueron a Carabasa, en Pilar. Fuimos construyendo todo esto. Tengo 75 años y no puedo vivir sin trabajar. No quiero tener una empresa cerrada, porque me parece que eso no es la actitud que tiene que tener un empresario. Estoy en esto y esto es lo que me toca hoy.
-¿Está dispuesto a cerrar la planta?
-Estoy seguro que va a haber gente que tiene ganas de trabajar, estoy segurísimo, mientras tanto sigo manteniendo un turno, grande. ¿Qué quiere decir grande? Bueno, que va a ser un turno de 100.000 pollos y, sí, bueno, si no cunde, mis palabras no le sirven a la gente; y la que escucha es la de aquélla que la va a dejar sin trabajo. Y bueno, lo lamento. Yo no voy a dejar mal parados a los que están acompañando el esfuerzo, de ninguna manera, no puedo moverme de ahí.
-¿A usted le están manifestando, por otras vías, la voluntad de trabajo de muchos de los trabajadores de la planta?
– Absolutamente y ¿sabe qué? Tenemos 700 nuevos anotados, 700 personas que dijeron yo quiero trabajar, que no son empleados, ¿eh? No son empleados. ¿Usted tiene conciencia del salario que yo le dije? ¿Saben dónde lo pueden ganar? ¿Qué pasa? ¿Saben lo del 12% de presentismo, de ausentismo que tenemos diariamente, 12 a 14%? ¿Qué trabajo es ése? ¿Qué clase de empresa podemos armar? Personas que se auto accidentan, ¿qué clase de empresa se puede armar? Esto tiene que servirnos a todos como sociedad en Concepción del Uruguay. A mí, una vez, cuando yo iba más seguido y era un muchachito me dijo un señor, ¿Usted es Joaquín? Sí, yo soy Joaquín. Ah, yo le quería agradecer por el trabajo que usted me dio, ¿Por qué, no? No, no me tiene que agradecer nada. Cumplí con su trabajo y ojalá que sea un lugar donde vos puedas desarrollarte. Digo, pero ¿por qué me tenés que agradecer tanto? No, ¿sabe por qué? Porque ahora el farmacéutico me fía. ¿Usted entiende lo que estoy diciendo? No necesito aclararlo.
– Está clara su postura. El miedo que tenemos todos es que ustedes decidan cerrar planta la China y queden 800 personas en la calle. Pero acaba de decir que usted va a seguir trabajando, con un turno.
-Yo dije que yo voy a seguir, Joaquín va a seguir trabajando, yo, porque yo esto lo tengo que resolver. Y no tengo decidido el cierre de la planta por un capricho. Simplemente digo: la planta se va a tener que adaptar a las condiciones normales con la gente que corresponda. No podemos tener estos números, estos parámetros, porque así es como nos fuimos deteriorando económicamente.
Fuente : Radio 9 / Concepción del Uruguay