Después de una extensa trayectoria en el karting provincial y zonal, el joven piloto uruguayense se prepara para dar uno de los pasos más importantes de su carrera deportiva. Con un Fiat 600 en plena etapa de armado y el respaldo de una familia fierrera, Caffa apunta al 2026 como año de aprendizaje en la competitiva Clase 1 de la Competición Especial Entrerriana, sin descuidar sus estudios universitarios ni el esfuerzo diario por sostener el proyecto.

Un salto esperado hacia la Clase 1
El automovilismo no siempre nace en un taller. A veces se gesta en una cabina de radio, en una tribuna, en una charla familiar cargada de pasión, en un relato de un abuelo. Jeremías Caffa creció rodeado de motores, relatos y sueños. Hoy, después de años de karting y con una carpeta bajo el brazo en busca de apoyo, se prepara para cambiar el casco y el chasis liviano por un auto de la Clase 1, símbolo de una de las categorías más parejas, convocantes y queridas del automovilismo entrerriano. El 2026 asoma como un nuevo comienzo, cargado de desafíos, aprendizaje y la misma convicción de siempre.
La idea no es nueva. Desde hace tiempo, Jeremías y su entorno miraban con atención a la Clase 1 de la Competición Especial Entrerriana, una categoría que se sostiene en el tiempo por su paridad, su buen parque automotor y un fuerte espíritu familiar.
“Siempre mirábamos con buenos ojos a los Fiat 600. Es una categoría muy pareja, dentro de todo económica y con un parque de máquinas que se mantiene firme. Por una cosa u otra no se podía dar el salto, ya sea por falta de lugar físico o por no estar tan duchos en el armado del auto”, reconoce.
El punto de inflexión llegó a comienzos de este año, cuando surgió la posibilidad concreta de dejar el karting y comenzar a trabajar en un auto propio. “Dijimos que era una buena oportunidad para tomarlo, armarlo, mirar la categoría con otros ojos y empezar a aprender”, explica.
Ese aprendizaje se aceleró con su incorporación al grupo de trabajo encabezado por Cristian “Kika” Conte, referente indiscutido de la categoría y el alma mater del equipo que es vigente campeón en las dos divisionales de la Competición Especial Entrerriana. “Me integré al grupo humano de trabajo, y eso es una ayuda enorme. Estoy muy agradecido por dejarme ser parte de su estructura y del armado del auto, que ya estamos arrancando con vistas al año que viene”.
Una herencia fierrera
Hablar de Jeremías Caffa es hablar de historia familiar ligada al automovilismo. Su abuelo, Enrique “Quique” Caffa, fue un recordado periodista con programas de radio y televisión dedicados al deporte motor, una figura muy querida por el ambiente de los fierros.
“Desde que tengo uso de razón íbamos a ver carreras, a seguir a Maxi Vivot, a los Panamericanos, Sudamericanos y Argentinos de karting. Todo eso me quedó muy marcado”, cuenta Jeremías. A los cinco años dio sus primeros pasos arriba de un karting y desde allí el camino fue constante.
Pasó por el karting provincial, probó la experiencia en tierra para conocer diferencias con el asfalto, y luego llegaron los campeonatos zonales, con triunfos, podios y un crecimiento sostenido. “Tuvimos campeonatos, terceros puestos, carreras ganadas. Después, mejorando el presupuesto, pudimos volver al provincial, aunque no con los resultados que queríamos”.
Más tarde llegó La Morena karting en Caseros, donde volvió a ser protagonista: subcampeonato, victorias y peleas mano a mano en pista. Ese recorrido fue el que terminó de convencerlo de ir por más. “Ahí surgió fuerte la idea de armar un auto. A papá al principio no le gustaba mucho, pero entre que sí y que no lo logré convencer”, dice entre risas.
El cambio no es menor. Aunque se trate de autos chicos, el paso del karting a la Clase 1 implica una adaptación total. “Es un salto grande. Hoy la categoría tiene una paridad muy alta y un parque impresionante. La última fecha cerró con 27 o 28 autos, y el año que viene se espera que debuten muchos chicos más”, analiza.
Con motores cada vez más desarrollados y un nivel técnico elevado, la Clase 1 promete un 2026 altamente competitivo. “No creo que baje de 25 autos por carrera. Va a ser un gran año”, anticipa.
Además del nivel deportivo, Jeremías destaca el clima que se vive en la categoría. “Es más familiar, más unida. La ciudad está apoyando mucho, va mucha gente al autódromo y eso motiva. Me hace acordar a lo que era el viejo Competición Especial 850, cuando la gente seguía a la categoría con pasión”.

Estudio y esfuerzo
El proyecto deportivo convive con otro objetivo igual de importante: la formación académica. Jeremías tiene 20 años estudia Abogacía, está próximo a comenzar cuarto año y tiene claro que quiere recibirse.
“Es un esfuerzo grande, porque hay que dividir el tiempo entre estudiar, trabajar en el auto y salir a buscar sponsors”, comenta. Esa imagen, la de un joven recorriendo la ciudad con su carpeta en mano, habla de compromiso y sacrificio, valores que sostienen el sueño de correr.
Nada está librado al azar ni a la improvisación. El objetivo para 2026 es claro: aprender, sumar experiencia y desarrollarse de menos a más. “La idea es llegar si se puede a la primera fecha. Si no, trabajar para poner el auto lo mejor posible en pista y desarrollarlo antes de ir a correr. Tomarnos el año como experiencia y aprender todo lo que se pueda”.
Un proyecto en familia y con mirada al futuro
El agradecimiento al equipo y a la familia Conte es permanente. “Me abrieron las puertas del equipo, me ayudan con el armado del auto. En las últimas fechas fui a darles una mano en boxes para empaparme más de los trabajos finos”, destaca.
El auto atraviesa una etapa de repasado y emprolijado general, con la mira puesta en llegar competitivo. Pero más allá de los fierros, lo que sostiene el proyecto es la misma lógica que acompañó toda su carrera: trabajo en familia, humildad y aprendizaje constante.
Jeremías Caffa se prepara para escribir un nuevo capítulo. Dejar el karting no es un adiós, sino un paso adelante. En los de la Clase 1, con historia, esfuerzo y convicción, empieza a tomar forma un sueño que lleva apellido, legado y futuro.
En este nuevo desafío, Jeremías no deja de remarcar que nada sería posible sin el acompañamiento de quienes lo rodean. En primer lugar, agradece especialmente a “Kika” Conte y a toda su familia, referentes de la categoría, por abrirle las puertas y permitirle formar parte de su estructura deportiva. El reconocimiento se extiende a Joan Giménez y a todo el equipo de JYC Competición, quienes lo recibieron como uno más y lo acompañan en cada paso del armado y la preparación del Fiat 600.
El piloto también hace una mención especial a sus padres, pilares fundamentales de este camino. “A mis viejos, que sin el apoyo de ellos no podría seguir con esta locura”, resume, destacando el respaldo incondicional que recibe tanto en lo deportivo como en lo personal.
Por último, Jere agradece a toda la gente que, de una u otra manera, está presente, ya sea brindando una mano, un consejo o simplemente alentando. Un acompañamiento silencioso pero clave, que empuja el proyecto y reafirma que este sueño no se corre solo, sino en equipo.










