ITALIA. Juzgan en Roma a torturador y enlace con la ESMA

Troccoli secuestró uruguayos en Buenos Aires. Se le atribuyen 20 asesinatos.

El uruguayo Jorge Néstor Troccoli fue un torturador de presos políticos y cumplió un rol de enlace, en el marco del Plan Cóndor, con la ESMA. Se fugó a Italia pero lo atraparon en 2008.

La verdad es “la mejor arma” contra quienes niegan los brutales crímenes de las dictaduras militares, dijo el juez paraguayo José Agustín Fernández, director de los “Archivos del terror” cuyo hallazgo hace más de tres décadas demostró la existencia de la macabra “Operación Cóndor”.
Fernández explicó este sábado que tuvo que viajar a Italia esta semana, “para testimoniar la verdad, que hay que repetir donde sea, donde se necesite”. En Roma, donde ha testificado en un nuevo juicio en Italia contra el uruguayo Jorge Néstor Troccoli, ya condenado a cadena perpetua por sus crímenes en el “Mercosur del terror”, como llama Fernández al plan para coordinar la represión de las dictaduras latinoamericanas en los años 70 y 80.
Troccoli, de 76 años y que cumple su pena en la prisión italiana de Carinola (sur) por la desaparición de varios italianos en el plan Cóndor, está siendo juzgado ahora por tres asesinatos, incluidos los del argentino José Agustín Potenza, y su pareja, la italiana Raffaella Filipazzi, cuyos cuerpos fueron localizados en Paraguay casi 40 años después de su desaparición.

La prueba del macabro “Cóndor”

Fernández testificó durante más de tres horas en la vista celebrada esta semana en Roma en calidad de director de los “Archivos del terror”, la oficina que custodia las pruebas fehacientes de la represión policial que sufrió el país, en especial de la dictadura de Alfredo Stroessner (1954-1989), y su vinculación con el “Cóndor”.
Los documentos fueron descubiertos en 1992 en una instalación de la Policía Nacional en la localidad de Lambaré tras un operativo ordenado por Fernández en respuesta al recurso interpuesto por el abogado y activista de derechos humanos Martín Almada.
#En ese procedimiento incautamos más de 170.000 folios. Y lo más significativo es que había documentos de la policía, de la policía política, del Gobierno de Stroessner y también todo lo vinculado con la Operación Cóndor”.
Ese material “está todo registrado” y “revela palmariamente la existencia del macabro plan”, con el que las diferentes dictaduras militares sudamericanas se intercambiaban todo tipo de información represiva, incluso sobre cómo llevar a cabo desapariciones y asesinatos.
Los “Archivos del terror” son el primer lugar donde se encontraron esas pruebas, que son las que lo llevaron al juez Fernández a Roma, pues figuran muchos datos relativos a Potenza y Filipazzi.

“El Mercosur del terror”

En los 32 años pasados desde su hallazgo, los Archivos han sido determinantes, porque fueron los primeros instrumentos documentales de la Operación Cóndor, de la que ya se hablaba, pero de forma “etérea”.
Sin embargo, allí se encontraron esos documentos y se empezaron a hacer investigaciones, a atar cabos, a ver hilos y coincidencias. Y fueron determinantes. Hay, casos emblemáticos de la Operación Cóndor, como el de Dora Marta Landi, que llegaron a la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
En los archivos figura “la invitación hecha a los principales represores por el general chileno Manuel Contreras, que era el ‘Cóndor 1’. Y a partir de allí empiezan las reuniones y se van documentando las diversas reuniones. El ‘Cóndor 2’ era Benito Juanes Serrano, un militar represor paraguayo”.

Negacionismo libertario

El juez es contundente respecto a la llegada al poder de gobiernos, como el de Javier Miiei, que cuestionan los crímenes cometidos por las dictaduras suramericanas durante el siglo pasado: “Definitivamente hay una corriente peligrosa y hay que luchar contra ella. No se puede propiciar este tipo de negacionismo porque si no volveremos a lo que pasó”.
Por eso, “tiene que haber fuerzas, tiene que haber jueces y periodistas” que documenten “violaciones sistemáticas de los derechos humanos” que se cometieron en muchos casos, dice, solo por pensar de otra manera.
“Por eso he viajado miles de kilómetros” hasta Italia para “testimoniar la verdad, que hay que repetir donde sea, donde se necesite”, aseguró el magistrado.