Investigan el crimen de un empresario tabacalero

Raúl Alberto Molina fue brutalmente atacado.

Encontraron 13 perforaciones en su cuerpo y se recuperaron dos balas encamisadas de 9 mm en la cabeza.

Dos sicarios en moto arribaron pasadas las 13,30 horas de la víspera, a la casa de campo del empresario tabacalero, Raúl Alberto Molina, ubicado en un camino vecinal a unos 4 kilómetros al oeste de la Autovía Artigas de Estancia Grande y encontrando el portón de acceso a la vivienda abierto, golpearon las manos.
Molina salió atenderlos, mientras en el interior de la casa se encontraba su pareja, quien escuchó que uno de los visitantes, le decía «traemos un encargo para usted» metiendo la mano dentro de una conservadora, de donde extrajo una pistola 9 mm con la que inmediatamente comenzó a dispararle.
El empresario herido, alcanzó a huir hacia el costado norte de la casa que posee un amplio patio, pero fue alcanzado por otros disparos, cayó al suelo. En esa oportunidad el asesino se acercó para rematarlo con dos disparos a la cabeza, detalla Diario El Sol. En total «se encontraron 13 perforaciones en su cuerpo y se recuperaron dos balas encamisadas de 9 mm, de la cabeza del occiso».
Una comisión policial a bordo de la camioneta que posee la Comisaria de Estancia Grande se encontraba a pocos kilómetros del lugar del asesinato cuando reciben una comunicación que daba cuenta que un vecino de Molina aviso que se escucharon varios disparos de arma de fuego en su casa quinta y que había una mujer en estado de shock.
«Nos dirigimos rápidamente al lugar, pero no encontramos a los asesinos», dijo un efectivo de la comisaria quien agregó que «efectivamente la pareja de Molina estaba en medio de una crisis nerviosa y el cuerpo del empresario se encontraba tirado acribillado a balazos, ya fallecido».
La mujer «estaba en shock, nos contó cómo eran las personas que lo habían asesinado aclarando que nunca se sacaron los cascos. Escuchó el ruido de la moto, pero no pudo verla por una media sombra que cubre todos los lados de la casa.»
Uno «robusto» y otro «flaco»: esos son los datos que pudo aportar la mujer a los investigadores, aunque relató que el que disparaba fue solamente «el flaco».
Si bien el oficial de la Comisaría de Estancia Grande no quiso revelar el calibre del arma utilizada para asesinar a Molina, se supo que fue una 9 mm. y que los disparos fueron al menos 10, seis de los cuales impactaron en la humanidad del empresario y dos en la cabeza. El forense indicó a los funcionarios policiales que había contabilizado 13 perforaciones y extrajo dos balas 9 mm. encamisadas de la cabeza del occiso.
El fiscal Martin Núñez, quien se hizo presente en el lugar del hecho apenas recibió la comunicación de la Policía y lo hizo acompañado por el fiscal Coordinador, Dr. Mario Guerrero, dijo que «evidentemente no fueron a robar, sino directamente a ejecutar al empresario, pues no pidieron nada, solo extrajeron el arma y lo mataron con verdadera saña, asegurándose incluso de haber cumplido el «encargo», dándole dos tiros en la cabeza al empresario cuando ya se encontraba caído en el suelo y herido de muerte, lo que para nosotros es claramente un crimen premeditado.»
Núñez confirmó que el cuerpo presentaba 13 orificios de arma de fuego y que las dos balas extraídas de la cabeza de Molina eran de calibre 9 mm. encamisadas.