Indiferentes y miopes

Señor director:
Las vicisitudes creadas por la gestión del Gobierno de Cambiemos han sido calificadas como una especie de primera pandemia anterior a la del coronavirus 19. El escenario que permitió su desarrollo trata de ocultarse para evitar dar explicaciones y/o considerar que el incremento de los privilegios fue producto del curso natural de las decisiones de los Ceos que no tenían ni querían preocuparse en absoluto por alcanzar una sociedad más justa. Además de contar con los medios económicos y financieros para imponer condiciones, incluso cuando las mismas resultan manifiestamente intolerables. El resto ve restringidas sus posibilidades porque los mecanismos institucionales existentes son reiteradamente boicoteados e insuficientes para detener su avance: sea por manipulación de la justicia, de los medios que ejercen cierto paternalismo en la información ( con defensa coincidentes de los intereses) o por la falta de ética en el ejercicio del poder siempre amenazante. Quien debiera efectuar los ajustes necesarios para una mejor distribución de la riqueza es el Estado a través de los mecanismos constitucionales Sin embargo ese semblante protector ve disminuir sus efectos cuando legislativamente el poder económico y financiero representado por Cambiemos entorpecen la labor en ambas Cámaras en forma arbitraria e irrazonable, O sistemáticamente judicializan lo sancionado. Dentro de esta maraña queda aún por resolver los efectos de ciertos mecanismos cuasi mafiosos que sintéticamente podemos señalar: el espionaje ilegal, la mesa judicial, la connivencia judicial de algunos integrantes de la Corte Suprema que permitieron imponer ciertos institutos judiciales por fuera de la normativa y jurisprudencia, en forma arbitraria e ilegal, prisiones preventivas, embargos, allanamientos, declaraciones indagatorias casi simultáneas, pruebas prefabricadas, testigos falsos, denuncias y persecuciones falsas, beneficios tributarios, fuga de capitales, etc., sólo justificados por los medios mentirosos y perversos. Es la misma Justicia la que puede juzgar a sus pares de tanto desatino? Qué grado de imparcialidad y probidad nos aseguran ? La forma de gobernar que adoptó Cambiemos y sus decisiones orientadas a gratificarse expoliando al Estado y al interés general no tiene parangón en nuestra historia. Es tal el nivel de coordinación y fechoría en lograr beneficios a toda costa sólo concebible en la medida que sus conductas previeran y/o contaran en el futuro con un Poder judicial que cuando les tocara juzgarlas dejarían de lado normativas procesales o de fondo para blindar y proteger esta especie de asociación ilícita. Sobre estas bases se controló la vida social y económica de los argentinos No había escapatoria a nivel personal fuera del esquema de poder y muy pocos podían vislumbra un futuro. Por qué frente a los creadores de la desesperación y la miseria no surgió la necesidad de tomar cierta distancia para definitivamente darse cuenta de que las reglas que imponía el poder conducían a la debacle nacional?
Aldo O.Savina